Malala Lorenzo.
Miercoles 11 de Julio, 10.00
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Agarro las manos de Jesús una vez entramos en el hospital privado, me siento junto a él en lo que esperamos y me mira.
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-¿Te encuentras bien para conducir? -pregunta.
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Asiento confundida y besa mi mejilla.
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-He quedado con tu padre en el bar de la esquina cuando acabe la consulta, ve a la oficina y trabaja un poco si te encuentras bien... O ve a casa si quieres y cuando te llame vienes a recogerme, porfavor. -explica.
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Asiento dispuesta a ir a la oficina ya que ayer no vomité nada y hoy solo muy poco por la mañana.
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-Vas a trabajar ¿verdad? -alza la ceja sonriendo.
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Niego riéndome y suspira mordiendo su labio.
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-Debes descansar. -pega nuestras narices.
-Yo trabajo sentada, no me voy a cansar bebé. -le digo dulce.
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Me acaricia el rostro besandome de una manera suave cuando nos llaman para pasar.
Entramos en consulta, me siento donde me indica mirando la forma de la barriga, me hace una ecografía comprobando todo, escucha mis latidos, los del bebé e incluso me examina la garganta.
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-Está todo perfecto, los vómitos son síntomas del embarazo pero es extraño cuando realmente todo va genial. -dice confuso.
-¿Hace una dieta especial? -pregunta.
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Asiente yendo al ordenador mandándome una dieta blanda para ver si mi estómago poco a poco acepta alimentos.
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-Si no mejora le haremos pruebas, en dos semanas, en la cita que cogieron la última vez, le diremos el sexo del bebé. -anuncia.
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Ambos sonreímos emocionados y salimos de la consulta.
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-Arroz, pollito, pescado... -dice mirándome.
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Suspiro y se rie de mi.
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-¿Nos cocinas tú? -suplico haciendome el bebé tocandome la tripa.
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Niega haciendo que patalee en broma y me para contra una pared fuera del hospital.
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-Ve a casa y descansa, te amo, te amo muchísimo Malala. -susurra sobre mis labios.
-Te amo. -aseguro besandole.
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Jesus Oviedo.
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Cruzo la calle entrando al viéndolo ahí, sentado observando su cuaderno totalmente serio.
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-Buenos días. -me siento frente a él.
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Me mira, sonrie y me devuelve los "buenos días"
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-¿Todo bien? -pregunta.
-Todo está bien. -digo.
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Me muestra su cuaderno.
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-A partir de tres meses se podrá saber si es o no vampiro, durante esos tres primeros meses de duda puede notarlo en síntomas, por ejemplo, un embarazo de riesgo en el que la mujer se sienta genial. -explica.
-¿Y lo contrario? -pregunto.
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Asiente provocandoe un suspiro.
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-Viene un vampiro. -aseguro.
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Me pido un café cuando el camarero se acerca y me mira serio.
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-Sé que no es de su agrado pero si es vampiro debo ser yo su ginecólogo porque en el hospital dejarán de captar las hondas del bebé. -dice serio.
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La rosa negra
VampirLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...