Malala Lorenzo.
Viernes 10 de Abril, 16.00
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Una llamada de mi madre interrumpe el café que me estoy tomando junto a él sobre su sofá encima del regazo de este moreno.
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-¿Estás bien? -pregunto al sentir sus sollozos.
-Me he encontrado a un hombre muy parecido a tu padre. -llora desolada.
-Mamá, calamate, respira. -digo dejando la taza sobre la mesa.
-Era como él. -solloza.
-Papá no está mamá, porfavor, sigue con tu vida. -suplico.
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Solloza nuevamente y suspiro.
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-¿Quieres que vaya a recogerte? -pregunto.
-No hija, quedate con tu novio, no te preocupes por mi. -dice dulce.
-Iré a dormir. -anuncio.
-Sí, porfavor. -suplica rota.
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Mi pecho se encoje y me apoyo en el de Jesús reteniendo todas las lágrimas que quieren salir.
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-Te quiero muchísimo, Malala. -asegura.
-Yo más mamá. -rompo a llorar.
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Me cuelga y seco mis ojos apoyada aun sobre el pecho de Jesús.
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-¿Qué pasaba? -murmura.
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Lo miro y encojo los hombros.
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-Había visto a un hombre perecido a mi padre, nose Jesús, ella está rota y lo extraña. -digo con la voz cortada.
-Tranquila. -murmura.
-Sí yo no estoy se queda realmente sola. -aseguro.
-Sí fuese tu madre estaría muy orgullosa de tener una hija como tú. -dice mirándome.
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Dejo un suave beso en su mentón escondiendome en su cuello, me estruja contra su cuerpo y cierro los ojos.
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-Es duro verla tan rota desde hace años, amaba a mi padre con su alma y la manera que sea fue tan inesperada que el golpe psicológico para ambas fue fuerte. -murmuro.
-Tú lo puedes esconder mejor. -confiesa.
-Lo sé, porque si, quería a mi padre Jesús pero si se marchó fue él quien perdió su vida y lo que ya había conseguido pero cuando él se marchó mi madre perdió su vida. -digo secando mis ojos.
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Agito la cabeza concentrandome para dejar de llorar y me coloco a horcajadas.
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-Todos dicen que somos novios. -digo sonriendo.
-Me lo imagino, estamos todo el día juntos. -dice obvio.
-Helena me ha dicho que se nota que estamos enamorados. -comento con la boca pequeña.
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Me mira y rie de lado pasando sus dedos por mi cuello.
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-Exageran. -asegura.
-¿Tú crees? -pregunto seria.
-Es pronto. -susurra.
-Ya te he firmado el contrato, creo que no es tan pronto. -confirmo realmente fría.
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Rie amargadamanete y me quita la camiseta. Muerde su labio callando todo el deseo que sus pupilas me gritan y lame la piel de mis senos.
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-Te deseo tantísimo. -murmura ronco.
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Esas palabras hacen que la rabia que las anteriores palabrad habían provocado se vaya por completo.
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-Señor. -murmuro agarrando mi cabello en un alto moño.
-La voy a azotar, joder, vamos abajo. -murmura cuando comienzo a mover mis caderas sobre él.
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La rosa negra
VampirgeschichtenLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...