Capítulo 20

12.4K 532 16
                                    

Jesus Oviedo .
Viernes 27 de Marzo, 13.30
°
Coloco bien las rosas negras poniendome junto la lápida, donde siempre me arrodillo para "hablar" con ella.
~
-Realmente es diferente tata, ojalá conocieses a esa chica... -murmuro. -Lleva toda esta semana preguntandome como estoy, que tal mis días e incluso se ha molestado en llamarme si notaba que algo no iba bien... Tata, quiero ser egoísta y por una vez en mi vida dejar que alguien entre en mi vida y, joder, si me enamoro de ella pues lo haré lo mejor posible. -le hablo a la piedra como si me estuviese escuchando. -Tengo mucho miedo a hacerle daño pero... Joder tata, estoy cansado de estar solo y lo haré lo mejor que pueda. -aseguro.
~
Acaricio la lápida poniendome en pie, froto mis rodillas y entro al coche cogiendo mi teléfono viendo como me ha enviado una foto.
Ella, en tanga en el espejo de la universidad de espalda a este, por lo tanto, tan sólo se ve su espalda y su precioso trasero en la foto y justo abajo me escribe "muero por verte esta noche, señor"
~
-Oh joder. -murmuro al ver la foto.
~
"Está noche me la comeré entera, señorita" escribo siguiéndole el juego.
Por mi mente se ha pasado más de una vez a lo largo de esta semana el confesarle mi gusto sexual, confesarle que me gusta practicar bdsm y quiero que ella sea mi sumisa, quiero esposarla, vendarla y azotarla, verla expuesta a mi... Si algún día logro tenerla así... Joder Oviedo. También cabe una posibilidad de introducirla poco a poco, con pequeñas órdenes que cumplir y el usted mientras mantenemos relaciones... O directamente no decirle nada para que no se aleje de mi por loco.
Llego a mi casa, aparco el coche y entro yendo directo a la biblioteca donde guardo todo cuanto puedo tener sobre vampiros buscando el libro que, creo, jamás he abierto. Lo encuentro en lo más alto de una de las estanterías y me siento en la silla del escritorio a leerlo en busca de la información que necesito: "amor entre humanos y vampiros"
"El amor entre humanos y vampiros no importa siempre y cuando el vampiro no la muerda a su amado, una vez muerda a la persona, esta misma dependerá de el vampiro por toda su vida pues ese humano se hará inmortal pero un inmortal que dependerá siempre de la cercanía al vampiro que lo moridió"
~
-Jamás había escuchado algo parecido. -murmuro confundido.
~
Según he leído, si yo estoy enamorado de una humana realmente no sucede nada hasta el momento que muerda, una vez muerda el cuello de Malala y chupe su sangre ella será tan inmortal como yo pero dependerá de mi durante toda su vida, joder, realmente esto es difícil.
Dejo el libro sobre la mesa, cierro la biblioteca y bajo hacia el salón preparándome un zumo de naranja a la vez que la carne para almorzar el día de hoy ¿me traeré a Malala a casa? Nadie jamás ha dormido aquí y no voy a enseñarle la habitación morada está noche, se iría corriendo.
Bebo del zumo pues mi cuerpo pedía algo de naranja ya que estaba empezando a absorber más el sol de lo común y la naranja en nosotros hace que si algo absosrve del sol es algo bueno y menos dañino para nuestra piel tan frágil ante esa esfera de luz.
~
Malala Lorenzo.
°
Mi madre me mira mientras mezcla las verduras en su plato y pincho en la ensalada.
~
-¿Dónde sales hoy? -pregunta.
-He quedado con... Con un amigo. -digo tensa.
~
Frunce el ceño.
~
-Es algo más que un amigo, mirate el cuello ¿te crees que no me doy cuenta? -pregunta sonriente.
-Es Jesús mamá, Jesús Oviedo. -confieso.
~
Ella tose de la impresión y sirvo agua para que beba.
~
-¿El abogado? -pregunta impresionada.
~
Asiento y frota sus ojos.
~
-Es muy mayor cielo... Él esta trabajando hace varios años y tú apenas comienzas la carrera... Además ¿no crees que es muy extraño? -pregunta.
-Es un hombre cerrado que nadie ha querido abrir y me está dejando conocerle mamá, no es mal hombre. -aseguro ignorando el comentario de la edad.
-Pero tu lo has dicho, un hombre. -insiste.
-Son siete años mamá, no es tanto. -murmuro.
~
Ella encoje sus hombros y come.
~
-Ten cuidado, es lo único que puedo decirte. -asegura.
-Jesús no me haría nada malo. -digo seria.
-Apenas lo conoces. -asegura.
-Sé lo suficiente de él como para asegurar que jamás me haría nada malo. -respondo molesta.

La rosa negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora