Malala Lorenzo.
Viernes 13 de Marzo, 20.00
°
Me miro en el espejo buscando algo en mi que encaje para entender como ese hombre puede estar intentando algo con alguien como yo teniendo una mujer como Valeria dispuesta a acostarse con él siempre que desee pero sin embargo el Oviedo insiste conmigo y parece no rendirse. Me cubro con la toalla nuevamente y salgo de mi habitación acercandome a la mesita de noche pues ahí tengo la tarjeta que él me dió para llamarle ¿Qué haces Malala?
Sostengo mi teléfono, me apoyo en la pared marcando el segundo número y llevo el móvil a mi oreja realmente confundida por lo que estoy haciendo.
Su respiración me pone nerviosa y ya puedo sentir su sonrisa sobre el móvil.
~
-¿Oviedo? -murmuro.
-No esperaba tu llamada. -confiesa ronco.
-Me dijiste que te llamase. -excuso.
-Dije que me llamases siempre que quisieras. -corrije.
~
Muevo mi cabeza ya que este hombre acaba de desmontar todas mis escusas, suspiro levemente y me mantengo en silencio.
~
-Necesito saber por qué. -confieso.
-¿Qué? -pregunta serio.
-¿Por qué me insistes? -pregunto.
~
Su risa ronca hace que mis piernas tiemblen y cierro los ojos.
~
-Me atrapaste desde el primer momento, eres justo la que buscaba, no eres como las demás. -explica.
-¿Cómo soy? -pregunto.
-Oscura, firme, segura y sexy... Muy sexy. -murmura tan ronco como siempre.
~
No abro los labios pues me es imposible formular palabra.
~
-¿Dónde estás? -murmura aún con el profundo tono de voz.
-En mi casa. -digo.
-Estás desnuda ¿verdad? -pregunta.
-Ajam. -susurro, es todo cuanto sale de mi.
~
La voz me envuelve y su respiración me hace sentirlo realmente cerca de mi.
Mis dedos van directamente a mi sexo, un leve gemido se escapa de mis labios.
~
-Los dos queremos lo mismo ¿por qué nos paramos tanto? -pregunta.
-Algo me dice que no. -susurro sin voz.
-No soy de fiar, lo sé. -asegura.
~
Gimo levemente.
~
-Eres diferente. -digo exhausta.
-No ocultes que te masturbas escuchando mi voz, ahora mismo puedo imaginarte desnuda tocandote... ¿Dónde estás? -pregunta.
-En mi cama. -murmuro si tener cabeza.
~
Siento su voz ronca hablarme sin saber bien sobre qué y mis dedos me dan todo el placer que pueden.
Me vengo sobre estos y corto su oscura voz colgandole pues de inmediato me arrepiento ¿qué has hecho Malala? No joder, yo no soy así pero él... Su voz joder, su voz y la manera que me habla no ayuda en esto y cuando estoy con él las palabras se cruzan pues la tensión sexual que ambos tenemos en muy fuerte.
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La rosa negra
VampirosLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...