Malala Lorenzo.
Miercoles 2 de Febrero. 10.30
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Sigo mirando casa en Sevilla para intentar convencer a Jesús para mudarnos, necesito irme de esta ciudad y él también, allí tiene otro bufete impórtate al quebpuede sacarle provecho si vamos allí, ha pasado casi un año desde que se entero sobre quién mato a Elisabeth y aún busca a Valeria cuando estamos completamente seguro que estará lejos de España y que fue la causante del vudú que mi chico sufrió hace tiempo.
Me pongo en pie agarrando los papeles para que él me de el aprobado y pasarlo al departamento de psicología.
Llamo a su puerta, la abro y se pone en pie para darme un beso.
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-¿Qué hacías? -pregunto.
-Trabajar. -dice serio.
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Frunzo el ceño tomando su tupé y me vuelve a besar.
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-Asegúrate que este bien y mandalo a psicología. -comento dándole la carpeta.
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Asiente abriéndola y aprovecho el despiste viendo como está intentando dar con el paradero de esa mujer.
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-Joder, no mires lo que hago. -me aparta del ordenador.
-Jesus, olvida el pasado, te estás obsesionado. -digo seria.
-Tengo que encontrarla. -dice lleno de odio.
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Lleno ni oecuo de aire conteniendo el enfado y niego rotundamente.
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-Te está afectando más de lo que crees, hace semanas que por estar metido en tu despacho ni le das de comer a Rosa, estás obsesionado buscando a Valeria. -reprocho.
-Me falta poco para saber de ella bebé, enserio, perdoname. -agarra mi mano.
-Tú verás que son su preferencias Jesús. -digo seria.
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Me agarra antes de que salga y me suelto seria.
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-Voy a trabajar. -anuncio.
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Salgo de su despacho entrando al mio para seguir con el trabajo de esta mañana.
°
14.00
Entro a la guardería cogiendo a Rosa en brazos, ella rie rodeando mi cuello con sus bracitos y conduzco a casa totalmente seria.
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-Mami. -dice con dificultad.
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Rio mirándola por el retrovisor y muerdo mi labio.
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-¿Qué pasa reina? -pregunto riendo.
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Ella toca su tripita y sonrio tierna girando la última esquina antes de llegar a casa.
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-Ya estamos en casa, papá estará acabando la comida. -aseguro.
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Entro en casa sin escuchar movimiento en la cocina, entro viendo que Jesús no está y ni siquiera ha dejado algo preparando cuando él es el encargado de hacer el almuerzo entre semana, dejo a la bebé jugando en el salón y subo en su busca viéndolo sumergido en el ordenador de su despacho buscando el paradero de esa mujer.
Agito la cabeza decepcionada, cierro la puerta sin que él se percate y bajo a hacer el almuerzo yo misma ¿debería permitir que siga así o debo irme a Sevilla con arosa y dejarlo solo?
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La rosa negra
VampirosLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...