Malala Lorenzo.
Martes 15 de Abril, 12.00
°
La luz que emite mi teléfono hace que me distraiga de la clase, suspiro y lo agarro viendo otro mensaje de Jesús "¿podemos vernos hoy?"
Froto mis ojos realmente confundida pues sí, él me gusta, me gusta mucho y eso es lo que más me aparta provocando que lleve desde el viernes sin querer verle poniendome excusas realmente estupidas ya que no quiero enamorarme de él, Jesús me quiere para sexo, ha visto en mi un camino fácil de practicar el bdsm y yo como una imbecil lo veo como algo más que un simple amo.
"Tengo que estudiar, Jesus" respondo tras cinco minutos debatiendo en mi cabeza sobre qué hacer.
Aparto el teléfono colocandolo bacabajo, mi amiga me mira y sonrio tierna ocultando la batalla que sufre mi cabeza.
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-Creo que podemos dar por finalizada la clase. -dice la profesora.
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Todos se ponen en pie dispuestos a irse menos yo, mi amiga se queda en pie parada junto a mi y reacciono tras un instante en el cual me quedé con la cabeza en blanco por no explotar.
Guardo todo en mi mochila viendo a Valeria en la puerta de la clase.
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-¿Podemos hablar? -dice ella una vez salgo.
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Freno girandome junto a Helena y mi ex-amiga sonrie tierna.
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-Te echo de menos. -dice seria.
-No es el momento de hablar, tengo demasiadas cosas en mente. -digo distraída.
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Valeria rie irónica, me giro sobre mis talones y mi amiga suspira.
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-Ahora o nunca, Malala. -me reta Valeria.
-Pues nunca. -digo fría sin girarme.
-¿Te lo has follado ya? -reprocha.
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Me vuelvo a girar y rio.
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-Varias veces van ya. -digo seria.
-Os va bien ¿no? -frunce el ceño.
-Genial. -miento.
-Que zorra eres. -ataca.
-Que envidia veo. -rio levemente.
~
Me voy evitándome escuchar sus estúpidos gritos de niña mimada pero la cosa a la salida de la Universidad empeoran al verlo apoyado en su coche esperándome, sé que me espera.
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-Creo que tendrás que volver sola. -digo desganada.
-Cuentame luego. -dice dulce.
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Asiento, ella sonrie y me abraza antes de marcharse.
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-¿Qué haces aquí? -pregunto acercandome.
-¿Por qué me evitas? -dice sin voz.
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Ese tono de voz me parte el corazón en mil pedazos pues puedo sentir que está realmente roto.
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-Tengo exámenes. -excuso.
-En mi casa puedes estudiar. -dice serio.
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Encojo los ojos, alarga su brazo tomando mi mano y me tira suavemente acercandome a él.
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-¿He hecho algo mal? -murmura.
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"Lo he hecho yo todo mal" ataca mi subconsciente haciendo que niegue con la cabeza.
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-Está todo bien, simplemente tengo exámenes. -insisto.
-¿Puedo llevarte a casa? -pregunta.
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Encojo los hombros y me acerca más a él pues hunde su cabeza en mi cuello.
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-Te deseo tanto. -murmura besando la zona.
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Cierro los ojos pues eso es todo cuanto quiere de mi al contrario que yo, joder, quiero conocer más de él y saber de que tipo de persona me estoy enamorando a la vez que entregándole mi cuerpo al completo.
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-Llevame a casa. -murmuro.
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Se separa levemente, asiente y entro al coche cruzando las piernas cuando me siento.
Pasamos el camino en silencio aunque nuestras manos están entrelazadas durante el trayecto pero él rompe el silencio una vez para frente la puerta de mi casa.
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-¿Estás sintiendo cosas por mí? -pregunta.
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La rosa negra
VampiriLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...