Jesus Oviedo.
Miercoles 16 de Abril, 4.50
°
Busco en todos mis libros pues hay algunos que escribí hace quince años y realmente ni recuerdo que pone ahí pero eso no quita que esté desesperado por ko encontrar ninguna respuesta pues ya dan las cinco de la mañana y aún no se nada sobre el origen de esas notas. Tengo muchas dudas ya que el echo de que el mensaje se borraste al cabo de minutos y lo que hay en ellos escrito, joder, realmente las sospechas sobre que la persona que envía esas cartas sea el padre de Malala se me están haciendo más seguras.
Bajo las escaleras que he colocado oara llegar a lo mas alto de la estantería (casi rozando el techo) y me apoyo en mi encimera deslizando mis dedos por mi abdomen descubierto.
~
-Amor. -murmura ella adormilada en la pierta del despacho.
-Bebé, ve a dormir. -me acerco.
-¿Qué haces? -mira los libros tirados por todo el despacho.
-Trabajar. -miento.
~
Mueve su cabeza para después apoyarse en mi pecho y suspiro.
~
-Sabes algo que yo no se. -asegura.
-Dejame pensar ¿si? Quiero averiguar de donde vienen esas notas. -digo serio.
~
Desliza sus uñas por mi abdomen y muerdo mi labio observándola.
~
-Eres hermosa. -susurro.
~
Me mira inocente y sonrio.
~
-Te amo. -murmura.
~
Besa mis labios con suavidad y la siento sobre mi escritorio.
~
-¿Crees que ha sido mi padre? -pregunta.
~
Encojo los hombros.
~
-Creo que sí, pero es algo muy extraño. -aseguro.
~
Me hundo en su cuello y deslizo mi lengua suavemente por la zona.
~
-¿Qué me escondes? -pregunta.
-Dejame pensar. -suplico
~
Me aparta levemente y niega.
~
-Esto implica a mi padre y a la salud mental de mi madre, Oviedo, dime que cojones es todo esto porque cada segundo creo que el loco eres tú. -asegura.
~
Me acerco a mi estantería, la cual ahora está desordenada, agitó mi cabeza y lleno mi pecho de aire.
~
-No estoy loco. -aseguro.
-¿Qué estás buscando? ¡No hay nada escrito! -grita.
-¡Dejame investigar! -alzo la voz.
-No hay nada que ver ¿acaso no vez que mi madre se esta volviendo loca y tú eres el tonto que sigue si juego? -reprocha alzando la voz.
-¡Tu madre no esta loca y yo tengo motivos! -grito.
-¡Dímelos! -grita.
~
Me quedo paralizado y niego.
~
-Marchate, ve a dormir. -digo serio.
-Mañana en cuanto despierte voy con mi madre. -dice saliendo por la puerta.
~
Sale del depaxhho cerrando y golpeo la pared dejándome marcas en los nudillos.
~
-¡Joder! -grito impotente.

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La rosa negra
VampirLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...