La rosa negra

Capítulo 107

Jesus Oviedo.
Sábado 21 de Enero. 21.00
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Ella me mira sentada en la cama mientras me visto tras la ducha, suspiro peinando ni mojado tupé y ella suspira mirando la enorme barriga de nueve meses casi cumplidos.
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-Cuando nos demos cuenta está aquí. -digo dulce ayudándola a ponerse en pie.
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Asiente dulce y de un momento a otro cierra los ojos dolorida.
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-Joder. -murmura reincorporandose.
-¿Estás bien? -pregunto.
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Ella asiente y camina dispuesta a bajar el salón cuando veo como rompe aguas saliendo por la pierta de la habitación.
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-Joder, ya está aquí Jesús. -dice seria antes de otra contractura.
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En realidad no soy consciente de la volocidad que he cogido, la metí en el coche corriendo a casa de Alfonso y en una cuestión de horas ya estaba en una habitación con él a su lado contando las contracciones.
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-¿Cómo te encuentras? -susurro secando le el sudor.
-Este momento debe pasar ya. -suplica.
-Tú puedes, viene una vampira hermosa. -digo sonriente.
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Alfonso frunce el ceño mirando la máquina y sonrie.
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-Aún le quedan varias horas, si quieres puedes avisar a Celeste, yo me quedo a su lado. -explica.
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Ella asiente agarrando mi mano pero suplica que me quede junto a ella.
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-Tranquila mi reina. -sonrio.
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Aviso a celeste que su nieta está en camino para explicarle donde vive Alfonso y como debe llegar.
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23.00
Su madre sostiene su mano izquierda en lo que yo beso su derecha, Malala grita y empuja cuanto puede, seco el sudor de su piel. El silencio está nublado con los gritos de mi mujer pero, en un instante esos gritos se convierten en el llanto más hermoso que jamás podré oír, esa es la nueva Rosa de mi vida.
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-Es preciosa. -anuncia Alfonso cortando el cordón umbilical.
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La cojo en mis brazos enrollada en una toalla, llora, llora sobre mi pecho haciendo que varias lagrimas se me salten.
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-Jesus. -suplica Malala.
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Me acerco junto a ella, la agarra en sus brazos y llora limpiandole el rostro con la toalla.
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-Mira mi princesa. -llora.
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Sonrio realmente decidido a lo que ella me propuso meses atrás, si, nos vamos a ir los tres lejos de aquí para que mi hija no pase lo que yo pase y para que mi mujer viva en paz y con calma, a ver si algún día logro eso mismo, que sea mi mujer.
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-Es una rosa hermosa. -dice sonriendo.
-La más bonita de todas. -digo dulce.
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Celeste mira a su hija emocionada y ella sonrie.
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-Parece ayer cuando te preguntaba sobre quién era el hombre con el que dormías por las noches. -llora.
-Y mira ahora. -dice ella mirándome.
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Beso sus labios con suavidad.