Malala Lorenzo.
Jueves 6 de Mayo, 12.00
°
Llamo a la puerta de su despacho para preguntar sobre lo último que me ha enviado por correo pues si, llevo dos meses haciendo prácticas pero aún no entiendo muchas cosas.
~
-Oviedo, ese último correo que quiere decir. -pregunto.
-Es un nuevo caso, te harás tu responsable de todo lo que tenga que ver con ese, yo te ayudaré pero tu tendrás el control. -explica.
-No estoy preparada. -digo seria.
~
Sonrie poniéndose en pie, me d aúna carpeta y toca mis manos realmente paralizado.
~
-Confío en ti. -asegura.
-Pero... No entiendo anda de lo que pone ahí Jesús ¿como voy a...? -me Calla.
-Estás en cuarto de carrera, te queda poco para graduate y cuando te des cuentas estarás trabajando en un bufete. -me anima.
-¿Me vas a contratar? -le hago pucheros.
~
Aparta la mirada, siempre hace lo mismo cuando intento acercarme a él de manera personal.
~
-Lo haría pero lo mejor para ti es separarte de mi. -murmura tenso.
-¿Y para ti? -pregunto.
-Para mi no, me da igual Malala, follamos mucho y ya, simplemente me atraes, bueno, ya ni eso. -asegura.
~
Miro sus ojos... Han pasado dos meses en los que me ha repetido esto decenas de veces pero aún me duele colo la primera.
~
-Sigo sin creerte. -digo firme.
-Cree lo que quieras, simplemente digo la verdad. -dice yendo a su mesa.
~
Se apoya en esta, veo como cierra los ojos dolorido y me acerco a él viendo como lleva una mano a su abdomen.
~
-¿Estás bien? -pregunto.
~
Asiente levemente, se sienta en el sofá y, poco a poco, se pone pálido. Me agacho junto a él, acaricio su mejilla y mueve su cabeza apartándose.
~
-Ve a trabajar. -murmura sin aliento.
-Jesús... No estas bien. -murmuro.
-¡Ve a trabajar! -alza la voz.
~
Me pongo en pie yendo a mi despacho peroblo que acabo de ver me come la cabeza ¿de donde vienen esos dolores? ¿Qué le sucede? ¿Por qué mantiene su mentira? Sé que me miente cuando dice que solo fui sexo.
°
Jesus Oviedo.
Me quiso la camisa viendo el color moradizo que esta cogiendo esa zona de mi abdomen sin muy bien comprender estos dolores. Llevo varias semanas con dolores muy fuertes expintaneos por todo el cuerpo, me aparecen moratones, cicatrices, marcas... Y yo realmente nose por qué así de repente comenzó a pasarme esto.
Llaman a la puerta, me abrocho la camisa aún exhausto del dolor y dejó pasar a la persona.
~
-Alberto ¿eres imbecil? Tu hija está ahí al lado. -digo serio.
-Será rápido, hace mucho que nose nada de ti. -dice.
-Estoy bien Alberto, muy liado, por eso no te he dicho nada. -explico.
-Me lo imaginé hijo. -dice dulce.
~
Suspiro poniendome en pie.
~
-¿Qué sucede? -pregunta.
~
Me apoyo en la mesa, frunce el ceño y sonrie ¿como puede conocerme tan bien?

ESTÁS LEYENDO
La rosa negra
VampireLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...