Malala Lorenzo.
Viernes 20 de Marzo, 10.30
°
Maldigo a mi madre mientras me bajo de este autobús pues ella me ha hecho venir a la reunión sola ya que mi madre debía ir al psicólogo y tiene su propia teoría con que yo tengo algo con el abogado.
Miro los papeles sentada en el recibidor de su sede asegurandome que tenga todos los papeles que él necesita para llevar a cabo el informe a la policía hasta que la llamada de hace una semana cruza por mi cabeza, la vergüenza se apodera de mi haciendo que mis mejillas cojan un color rojizo que poco me gusta.
Escucho una puerta abrirse, alzo la cabeza y me pongo en pie al ver que es él.
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-Un gusto tenerla aquí. -agarra mi mano.
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La besa como suele hacer y lo sigo hasta su despacho.
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-¿Tienes todos los informes? -pregunta.
-Sí, he traído también los que ya vió, no sabía si iba a necesitarlos, señor. -digo sacándolo de la carpeta.
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Su rostro se palidece y frunzo el ceño.
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-¿Qué has dicho? -pregunta desconcertado.
-Que he traído los informes que ya vió. -repito.
-Lo último. -murmura.
-Señor. -digo confundida.
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Me mira, traga saliva y agarra los papeles manteniéndose en silencio durante cinco largos minutos.
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-Sí ese cadáver no es mi padre ¿qué pasará? -pregunto.
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Tose levemente y gira el rostro observando mi rostro.
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-Buscarán lo que puedan en el cadever o simplemente lo archivarán, su madre y usted son las únicas ahora mismo que están dispuestas a tanto por un familiar del cual no saben nada. -explica ronco.
-Realmente es mi madre. -confieso.
-¿No quiere saber dónde está su padre? -pregunta.
-¿Me hablas como abogado o Jesús Oviedo? -pregunto extrañada.
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Rie moviendo la cabeza y se quita la americana dejándome ver sus marcados músculos por la camisa blanca.
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-Jesus. -sonrie algo dulce.
-Sé que mi padre se fue de casa porque nos abandonó, el nunca quería hija y al ver que al crecer pues iba "molestando" más decidió dejar a mi madre sola en el momento donde más daño podía hacerle: en mi plena adolescencia. -explico.
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Mueve su cabeza poniéndose en pie y observo como cierra levemente la cortina de la ventana por donde entra el sol.
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-Si ese cadáver es tu padre tenéis algo que averiguar pero, sin embargo, ese cadáver es de otra persona estoy de acuerdo contigo, tu padre os abandonó. -me da su opinión apoyado en la mesa.
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Me pongo en pie cogiendo mi teléfono pues mi madre me está llamando y veo como se acerca a la impresora para sacar el informe.
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-No te preocupes mamá, vuelvo andando. -digo seria.
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Mi madre suspira y acaba cediendo pues su rodilla no puede más el día de hoy con el estrés que acumula ya que como coja el coche es capaz de tener un accidente.
Cuelgo y me giro viéndolo de nuevo apoyado en la mesa mirándome fijamente.
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-Este es su informe, deselo a su madre y si está de acuerdo lo firma y me lo trae, pueden pensárselo cuanto quieran pero aquí pone todo cuanto podemos ayudarle el bufete con el caso de su padre teniendo en cuenta la falta de pruebas. -explica serio.
-De acuerdo, gracias señor. -digo agarrandolo.
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Su rostro vuelve a ponerse pálido, guardo los papeles en la carpeta y agarra mi brazo antes de que me aleje haciendo que lo mire.
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-Repítelo. -suplica.
-¿Qué? -pregunto extrañada.
-Eso que me has dicho. -dice con la voz algo cortada.

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La rosa negra
VampirLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...