La rosa negra

Capítulo 91

Malala Lorenzo.
Lunes 8 de Julio, 13.10
°
Giro el rostro viendo a mi profesor con los dos hombres que vinieron el otro día al despacho.
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-¿Ahora va a negarlo también? -pregunta.
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Miro a Jesús, esta suspira y encojo los hombros.
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-Nuestra relación no ha influido en las calificaciones que he puesto de ella, todos vuestros alumnos tienen altas notas. -me defiende Jesús.
-Ella misma negó la relación. -dice él hombre que no se quien es.
-No podía decir que estaba con él. -digo seria.
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Él profesor que lleva toda la carrera junto a mi, el señor Gómez, me observa serio.
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-Es normal que ella mintiera sobre su relación pero estoy de acuerdo con Oviedo, su relación no ha tenido que influir en la nota. -me apoya.
-¿Cómo está tan seguro? -pregunta el profesor que vino el otro día.
-Ha hecho un juicio explendido. -asegura Gómez.
-¿Estás embarazada? -pregunta el hombre.
-Creo que eso no influye en mi nota. -ataco.
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Se miran entre ellos y Jesús da un paso.
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-Debemos comentarlo en la facultad de derecho. -dice serio.
-He aprobado todo con altas notas, he llegado a lo mas alto entre todos mis compañeros y tengo un nivel de inglés suficientemente algo como para que ahora por un embarazo me neguéis algo que llevo trabajando durante años. -alzo la voz.
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Me quito la chaqueta acalorada dejando ver mi tripota y Gómez sonrie tierno. Los hombres se van sin decir palabra pero Gómez, mi profesor, se queda junto a mi.
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-Llevatela Oviedo, que se calme. -dice dulce.
-Porfavor, haz lo que sea, confío en ti. -suplico tocando mi teipita pues estoy mareada.
-Esa titulación será tuya. -asegura.
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Miro a Jesús algo pálida y me agarra llevándome a casa en lo que aviso a Helena mandándome la dirección.
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-Tengo que verla y saber de ella. -digo bajando del coche una vez llegamos.
-En lo que estáis hablando yo adelanto trabajo. -dice abriendo la puerta.
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Me quito los zapatos poniendome unos pantalones más cómodos y escucho el timbre.
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-Avisame cuando se marche, estaré trabajando aquí en mi despacho. -me besa con suavidad.
-Te amo gruñón. -susurro aún algo débil.
-Ten cuidado señorita. -sonrie sobre mis labios.
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Le abro la puerta haciendo que se sorprenda al verme tan pálida y agitó la cabeza.
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-Me he alterado y... Bueno, estoy embaraza Helena. -anuncio.
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Ella se palidece y asiento.
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-La historia con Jesús se afianza. -rie.
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Asiento sentandome en el salón junto a ella y toca mi tripita sonriendo.
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-Vaya locura. -susurra impresionada.
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Pasamos un gran rato hablando sobre nuestra avolucion desde que nos conocimos y la cantidad de cosas que han pasado en tan poquitos años... Quien me diría a mi cuando empecé que acabaría abrazada y enamorada de aquel hombre que me follé en el cuartito de limpieza de la universidad.
Escucho pasos en la escalera y la voz de Jesús corta la conversación en todo su auge haciéndonos reír a ambas.
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-¿Has visto la hora? -rie él.
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Encojo los hombros riendo, Helena se lleva las manos a la cabeza y rie.
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-Es hora de marcharme. -comenta abrazandome.
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Vamos a la puerta los tres y una vez la abro me quedo paralizada viendo esa imagen.