Malala Lorenzo.
Lunes 6 de Abril, 17.45
°
Me remuevo en su cama suspirando colocandome bocarriba, froto mis ojos realmente cansada y el viento azota muy suavemente mi cuerpo desnudo pues sus ordenes de estar desnuda cuando estoy en su cama son órdenes que cualquiera quisiera cumplir.
Me reincorporo levemente al sentir unas caricias en mi abdomen pero vuelvo a recostarse al ver que es él pasando su lengua por la zona.
~
-Necesitabas ese descanso. -asegura.
~
Muevo la cabeza y él me mira desde abajo.
~
-Aún necesito descansar más, señor. -toco su nuca.
~
Él sonrie desde ahí y asiente.
~
-Se lo noto señorita. -murmura.
~
Muerde mis labios haciendo que gima levemente y... Joder ¿cómo puedo estar ya tan húmeda?
~
-Usted es entera para mi. -asegura.
-Toda suya mi señor. -aferro mis manos a las sábanas.
~
Mi sexo palpita bajo sus gruesos labios y ahogo un gemido cuando sus dedos acompañan las caricias de sus labios.
~
-Va a correse así. -murmura.
-No me haga esto, porfavor señor. -suplico sin voz.
-Me vuelve loco, señorita. -asegura.
~
Su lengua pasa por lo largo de mi sexo haciendo que muerda mi labio y protesto levemente.
~
-La castigaré como siga así. -susurra.
-Folleme. -suplico.
~
Muerde mi sexo nuevamente y golpea mi trasero reteniendo su fuerza.
~
-Más fuerte. -murmuro.
~
Dos de sus dedos me hacen alzar las cadera y cierro los ojos sintiendo sus labios subir por mi abdomen pasando por mi pecho hasta llegar a mi cuello ¿por qué le gusta tanto esa zona?
~
-Señor. -tiro de su nuca.
-Te pondría a cuatro y... Joder, necesito verte entera marcada por mi. -murmura realmente ronco.
-Marcame. -suplico.
-Aún no, debemos firmar. -asegura.
~
Introduce otro más, suspira y me remuevo levemente arqueando la espalda.
~
-Señor. -murmuro.
-Sobre mis dedos. -ordena refiriéndose a mi orgasmo.
~
Entreabro los labios viniendome sobre su mano y me pega a su pecho colocando los dedos en mis labios para que los limpie con mi lengua.
~
-Eres la primera mujer que se corre en esta cama. -confiesa.
~
Miro sus ojos y busco sus labios encontrando el tierno beso que siempre me da tras hacer algo sexual.
~
-Buscas mis besitos como un bebé. -dice sobre mis labios.
-Siempre me das un besito después de correrme. -digo tierna.
~
Él sonrie realmente acaramelado y asiente.
~
-Cierto. -acaricia mi mejilla.
~
Cierro los ojos nuevamente sobre su pecho y justo cuando voy a caer dormida me remueve para ponerse en pie.
~
-¿Quieres ver el contrato? -pregunta.
~
Asiento poniendome ma ropa interior y lo sigo abrochandome su camisa ¿que pondrá ahí?
ESTÁS LEYENDO
La rosa negra
VampirLa mujer más sencilla que puedas encontrar, universitaria de dieciocho años en Madrid a la cual su padre abandonó hace tres años provocando que su madre caiga en una profunda depresión choca con él, un abogado de veinticinco años el cual lo último q...