La rosa negra

Capítulo 111

Malala Lorenzo.
Martes 25 de Marzo. 9.00
°
Alfonso examina a la bebé, mira su no quita y sonrie avisandome para que me acerque.
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-Mira ¿ves eso? Son los colmillitos, es lo primero que le sale a un vampiro en cuanto nace. -dice dulce.
-Pero si... -sonrio tierna.
-Es aún pequeña, cuidado que nadie se fije en que ya tiene colmillos, es extraño en un bebé tan pequeño. -asegura.
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Asiento cogiendola en brazos y veo como se apoya en la mesa tenso.
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-¿Qué pasa? -pregunto.
-Dejo hablar con Jesús. -dice serio.
-Y con mamá. -insisto.
-Ya hablé con ella. -sonrie levemente.
-¿Por qué no me dijo nada? -pregunto dejando a la bebé en el carrito.
-No quería que supieras lo que pasó esa noche. -dice divertido.
-¡Papá joder! -alzo la voz.
-Tú jamás lo has hecho con Jesús ¿no? -pregunta riendo.
-Sí joder pero... Sois mis padres. -digo riendo.
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Ahita la cabeza y vuelve a su tono serio.
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-Habla con él lo antes posible pero estos días está ocupado en el bufete, nose, tiene mucho trabajo y como estoy de baja no me entero de nada. -explico agarrando mi bolso.
-Jesus me dejará de hablar y algo malo puede pasar hija, ahora que todo estaba empezando a ir bien. -susurra dolido.
-No será nada. -aseguro.
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Él asiente convencido y frunzo el ceño.
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-Hablaré con el y se lo comentaré, Jesús te llamará. -comento.
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Asiente suspirando y salgo de su apartamento, coloco a la bebé en el coche y conduzco camino a la sede pues llevo varios días sin ir y realmente me gusta saber que pasa por aquí aunque esté sin trabajar.
Entro empujando el carrito, el chico de recepción corre a mirar a la bebé y me da dos besos: siempre fue un cielo.
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-Estoy enamorado de esa bebé. -asegura.
-¿Cuando vais a por la niña tu y Raúl? -pregunto.
-En un mes, ya hablé con Jesús. -comenta.
-Parece que muerde pero solo un poco, Jesús es inofensivo, te lo juro. -bromeo.
-Es un hombre que impone mucho, tiene detrás de él a todas las bragas del bufete desde siempre, eres la eterna odiada, por mi la primera, guapa. -dice amanerado.
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Rio viendo salir a mi hombre del despacho bastabte serio y asiento.
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-Es un hombre guapisimo y, por suerte, su corazón aún es más hermoso. -digo sonriendo.
-Hola cariño. -murmura una vez está pegado a mis labios.
-Mmmm... Hola bebé. -muerdo su labio.
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Mira al de recepción dándole unos papeles amablemente y me mira.
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-Tú padre me ha llamado, quiere hablar conmigo en el cementerio. -anuncia.
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Me palidezco levemente y agito la cabeza cuando Rosa comienza a llorar.
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-Ya mi niña. -la cojo.
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Jesus saca el biberon de la mochila una vez pasamos a su despacho y niego sacandome el pecho para amamantsrla.
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-Tiene más suerte la niña que yo. -bromea.
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Sonrio mirándolo y vuelve al tema anterior.
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-Jesus ¿crees que...? -pregunto.
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Encoje sus hombros y suspira.
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-Ojalá no sea lo que todos pensamos bebé. -dice serio.