La rosa negra

Capítulo 27

Malala Lorenzo.
Viernes 3 de Abril, 13.30
°
Helena rie saliendo de la última clase de la mañana junto a mi, froto mis ojos soltando mi cabello liso de la coleta que me cojí en clase y paro en seco al ver a Valeria hablando con Jesús.
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-Será zorra. -murmuro.
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Mi compañera se impresiona, Jesús me ve de lejos y me hace un gesto para que me acerque.
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-Nos vemos el lunes tia. -le doy dos besos.
-Sí pasa algo con ella, cuéntamelo. -dice dulce.
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Sonrio acercandome a Jesús, Valeria me mira y yo aparto la cabeza.
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-Al final te lo llevaste tú. -dice seria.
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Cojo aire y la miro.
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-Jesus no es un premio. -digo seria.
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Él observa la situación, Valeria lo mira y se toma el lujo de acariciar su brazo sobre la americana.
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-Cuando quieras me vuelves a llamar. -le dice.
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Me quedo paralizada al ver la cara que le esta echando a la situación y él niega.
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-Fuiste un polvo y te revienta ver que tu amiga va a ser mucho más que eso. -dice firme.
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Ella rie negando y se aleja suavemente.
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-Mi amiga no te lo hace como yo. -asegura.
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Se gira dispuesta a irse pero la voz de Jesús, el cual me ha pegado a su pecho, la frena en seco.
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-Tú amiga me lo hace mucho mejor que tú. -confirma.
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Ella rie y nos saca el dedo corazón habiéndole reír amargamente.
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-¿Qué hacías hablando con ella? -pregunto una vez entramos al coche.
-Quería que te dejase tirada y la llevase a ella. -explica arrancando.
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Froto mis ojos y él coje aire.
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-¿Por qué no lo has hecho? -pregunto extrañada.
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Frunce el ceño.
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-Porque ella no me gusta. -dice en tono de duda.
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Encojo los hombros mirando por la ventanilla y siento su mano en mi pierna.
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-No entiendo esa pregunta. -murmura.
-Ella es preciosa Jesús, realmente bonita. -digo con un nudo en la garganta.
-¿A sí? No me he fijado. -asegura.
-¡Te la follaste! -digo seria.
-Me la folle por el gusto de follar, no porque ella me gustase. -dice impresionado por mis palabras.
-¿Y yo si te gusto? -pregunto inocente.
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Para en un semáforo, agarra mi mano y la besa.
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-Mucho. -murmura.
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Sonrio como una imbecil a la vez que Jesús continúa el trayecto hacia... ¿Dónde vamos?
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-¿Dónde vamos? -pregunto extrañada.
-A mi casa. -dice tenso.
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Me sorprende el tono de su voz pues ha cambiado de un momento a otro pero debo apartar ese pensamiento pues mi madre me llama.
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-¿Estás bien, mamá? -pregunto.
-¿Estás con Jesús? -pregunta.
-Sí, comeré con él y supongo que estaremos la tarde juntos. -explico.
-Llegaré tarde, iré a visitar a tu tío, llevamos varios meses sin vernos. -anuncia.
-De acuerdo mamá, perfecto. -digo amable.
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Jesus mete su coche en un garaje de una casa realmente grande. Me he quedado muda.
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-¿Hija? -pregunta extrañada.
-Después me vas llamando mamá, te quiero. -cuelgo.
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Jesus baja del coche seguido de mi y agarro su mano.
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-Esto es muy grande para ti solo. -murmuro.
-Lo sé. -su voz se pone ronca.
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Me impresiono, me lleva hasta la cocina y cierra las cortinas pues entra mucha claridad.
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-Jesus, no estas bien. -digo agarrando su brazo.
-Eres la primera persona que entra aquí después de muchos años. -confiesa.