Capítulo 75

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Jesus Oviedo.
Sábado 8 de Mayo, 19.00
°
Su rostro desconcertado me hace replantearme si lo he hecho bien o no, ella coje aire y agita la cabeza.
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-Es mejor que me marche ya. -dice sin voz.
-Una copa. -insisto agarrando su brazo.
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Me mira, mira las copas y asiente levemente haciendo que sonria.
Me sigue a la cocina, saco el vino y lo abro sirviendole a ella primero.
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-¿Tu madre bien? -pregunto.
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Asiente demasiado tensa y me veo obligado a agarrar su brazo con suavidad.
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-No estés tan tensa. -digo serio.
-Es inevitable. -confiesa.
-Es lo mínimo que podía hacer por el favor de curarme. -digo dulce.
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Mi cabeza no hace más que repetirme que esto está muy mal pero... Joder, mirala Oviedo, está hermosa y rota, tú la has roto de esa manera y merece que te le comas entera.
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-Ha sido una tontería. -dice sonriendo algo más relajada.
-Alomejor me moría y todo. -bromeo haciendo que ria.
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Niega.
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-Exagerado, era un corte no muy profundo. -rie.
-¡Tú no lo sabes! -continuo la broma.
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Ella rie bebiendo de la copa, doy un paso hacia delante pero Malala no se aparta, parece que no le importa.
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-¿Sigues siendo la misma? -pregunto en un susurro.
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Me acerco poco a poco, Malala se apoya en la encimera cuando mi cadera la acorrada y siento sus manos agarrarse de la tela de mi camisa manteniendo los nervios.
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-¿Y tú sigues siendo el mismo? -pregunta.
-No soy el de siempre, contigo soy otro. -susurro.
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Joder Oviedo, la estás cagando... No debería pero la deseo demasiado y la amo tantísimo.
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-No te creo. -murmura fria pero cerca de mis labios.
-Créeme bebé. -suplico.
-Si sólo quieres follarme, dímelo, déjate de juegos. -susurra llevando sus manos a mi nuca.
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Cierro los ojos ordenando mis pensamientos pues me mata pensar que ella tan solo piensa que la quiero para sexo y no joder, la amo pero aquel día fue la mejor excusa que se me ocurrió.
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-¿Follarte? -murmuro.
-Follarme. -sonrie levemente.
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Le como los labios, no dejo que este beso tras tres años sea común, quiero que jamás lo olvide pudiendo activar cada rincón de su cuerpo sin tocar nada. Mi lengua contra la suya, mi cuerpo contra el suyo y ambos corazón batallando a ver quien ama más al otro... Joder, voy a follar con ella.

La rosa negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora