Alya se encontraba mirando por la ventana al final del pasillo, el cual estaba en el segundo piso.
Tenía una botella de vodka a más de la mitad en su mano derecha. Llevaba puesto un short de mezclilla que le quedaba tan corto que podía considerarse ropa interior, y una playera de tirantes azul. Su cabello estaba suelto y revuelto, además de grasoso por la falta de lavado. Había perdido la cuenta de cuanto llevaba exactamente sin ducharse, lo único que sabía era que no podían ser más de ocho días.
Mientras veía la calle desierta, algo borrosa por el alcohol en su sistema, se preguntó como había llegado ahí, a ese momento específico.
Podría decirse que todo empezó hace poco menos de dos meses. Cuando su padre quedó en coma.
Ella había nacido en Estados Unidos cuando sus padres eran muy jóvenes. Apenas 17 años. Su madre era una niña rica que había ido a pasar el verano en un pequeño pueblo por las afueras de Atlanta, no era lo que su familia acostumbraba, pero su abuelo tenía unos negocios cerca de la zona.
Ahí fue cuando Eleanor, su madre, conoció a su padre. Tuvieron un amor de verano, que se hubiera quedado en eso de no ser por qué, ¡oh, sorpresa! Su madre quedó embarazada.
A pesar de ser tan joven, su padre si quería hacerse cargo. En cuanto nació la registraron ambos, pero obvio no sería un cuento de hadas.
Sus abuelos mandaron a su madre a su casa en Inglaterra cuando Alya tenía unos cuantos meses. Y ahí creció durante quince años. Luego volvió a América, a su nuevo hogar.
La relación con su padre era complicada, no solo porque creció sus primeros quince años sin él, sino que nunca le permitió realmente entrar a su vida. Eventualmente, él dejó de intentarlo.
Pero hace mes y medio que pasó el accidente de su padre.
Rick Grimes, ayudante de Sheriff en King County; había tratado de detener a unos ladrones en una persecución, recibiendo un disparo en el proceso. Cayó en coma apenas llegar al hospital.
Cuando Alya se enteró estaba borracha, o drogada. Seguramente ambos. Tardó dos semanas en ir a ver a su padre, más que nada reunir en coraje.
Incluso ahora, mientras se recargaba en la pared dejando que el sol la calentara a través del vidrio dándole otro trago a la botella, el recuerdo era bastante claro.
~
Alya estaba entrando al hospital nerviosa. Sola.
Llevaba unos jeans y una playera verde militar cuyas mangas le llegaban un poco más abajo del codo. Esta vez, su cabello estaba recogido en una coleta con una dona negra, del mismo color que sus tenis.
La última vez que vio a su padre no tenía mucho de haber cumplido 17. Él apareció en su casa poco después de que Alya regresara de la escuela con la esperanza de salir a comer algo por su cumpleaños. Ella lo vio y salió por la puerta trasera antes de que su madre o alguien más lo notara.
Ahora, dos años después, su padre estaba detrás de la puerta frente a la que Alya estaba parada, postrado en una cama.
Tuvo que tomar aire varias veces antes de girar la perilla y entrar a la habitación.
Y ahí estaba. Cerró la puerta detrás de ella y comenzó a caminar con cuidado a la cama.
Estúpida, como si se fuera a despertar. Pensó cuando notó que no quería hacer ruido.
Su padre tenía los ojos cerrados, su piel algo pálida por la falta de luz solar. Su barba comenzaba a asomarse ligeramente, como si dudara si salir o no. Las maquinas a su alrededor hacían ruidos que ella conocía muy bien mientras se sentaba a su lado.
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What once was || TWD
FanfictionAlya Grimes, la hija mayor y rebelde de Rick comienza una travesía cuando los muertos dejan de quedarse como deberían. Muy pocas cosas en esta vida valen la pena, para ella, esta era la realidad mucho antes de que los muertos comenzaran a caminar. ...