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Seokjin estaba flotando sobre su espalda, observando el cielo estrellado y disfrutando de una noche cálida. Había salido a nadar unos largos en el lago que se situaba cerca de su casa. En los últimos cuatro años se había mudado cinco veces y ahora vivía con Namjoon a pie de una montaña, rodeado de naturaleza.

El joven comenzó a contar las estrellas sin percibir que alguien se había metido en el agua

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El joven comenzó a contar las estrellas sin percibir que alguien se había metido en el agua. Namjoon apareció de repente soltando un grito que asustó a Seokjin de tal manera, que le llevó a hundirse en el lago.

El menor se sumergió inmediatamente detrás de él y lo volvió a subir a la superficie.

—¿Estás loco?— Seokjin se agarró de su cuello con el susto todavía en el cuerpo —¡Casi me muero!

—Ya estás muerto, hyung— Namjoon lo sujetó de la cintura entre risas —¿En qué estabas pensando? Ha sido muy fácil asustarte.

—Estaba contando las estrellas, pero por tu culpa he perdido la cuenta.

—¿Quieres que te ayude a contarlas?

—Solo si no vuelves a asustarme— el mayor le miró con cierta desconfianza —No lo harás, ¿verdad?

—Te lo prometo— Namjoon sonrió de oreja a oreja, expresión que no tranquilizó a Seokjin en lo más mínimo —Aunque no entiendo para qué estás contando estrellas, si tú eres la que más destaca entre ellas.

Seokjin notó que su mirada cargaba un brillo diferente al habitual, lo que le provocó un intenso sonrojo.

—C-Creo que me voy a ir a dormir— Seokjin intentó apartarse de él, pero el menor no le dejó —Ya es tarde, Namjoon. Suéltame.

—Llevas huyendo de mí durante años— el primo de Jimin le giró el rostro y contempló su tímida mirada —Deja de hacerlo.

—No puedo... Hoseok...

—Hoseok no está aquí— le cortó tajante, rozando su mejilla con sus labios —No vendrá hasta dentro de treinta o cuarenta años. Tenemos mucho tiempo para estar juntos.

—No creo que debamos... Yo...

—¿No me deseas?— le preguntó al oído. Ese leve susurro creó un intenso cosquilleo en Seokjin —Si me dices que no me deseas, entonces te dejaré en paz.

El mayor cerró los ojos, incapaz de responder. Le deseaba y mucho, pero no se sentía cómodo metiéndose entre ellos, aunque Namjoon estuviera dispuesto, su conciencia no le permitía dar ese paso.

Seokjin se soltó abrumado y nadó hacia la orilla. Su corazón latía con tanta fuerza que no podía centrarse en nada más. El joven salió del lago sin mirar atrás, pero cuando quiso dirigirse hacia su casa, Namjoon lo agarró del brazo y lo giró suavemente hacia él.

—No me has dado una respuesta, hyung.

—No me amas, Namjoon— contestó sin apartar la mirada —Lo único que buscas es sexo.

Retrouvailles | ⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora