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Yoongi empujó la silla de ruedas por la puerta de su nueva casa. Estaba a cinco calles de la anterior y era muy acogedora.

En los últimos días, se había encargado de trasladar todas sus pertenencias a la nueva vivienda, dado que no quería que su familia tuviera que vivir en un sitio donde habían ocurrido tres asesinatos.

En el hospital, Yoongi le había explicado a su marido lo que había sucedido, y Jimin, consternado por las atrocidades de Hyungsik y preocupado por el bienestar de su familia, respaldó la decisión de mudarse a otro lado.

Yoongi se descalzó en la entrada mientras Jimin miraba a su alrededor. Las paredes eran blancas, los suelos de madera y había mucha luz, lo que indicaba que la casa tendría bastantes ventanas. Como todos los hogares en Inyeon, ese también era amplio, lujoso y autosuficiente.

—¿Estás bien?— Yoongi se inclinó sobre él —¿Necesitas que te traiga algo?

—No, estoy muy bien.

El mayor lo llevó hasta el salón, donde encontraron a Taehyung jugando al ajedrez con Junggi, mientras Jungkook arropaba a Sohee en una cuna portátil.

Jimin se quedó mirando la escena con una sensación entre felicidad por estar de vuelta y alivio por verlos a todos reunidos. También se percató de algo muy importante en la decoración del salón; había espacio para que pudiera moverse en silla de ruedas. Los muebles estaba colocado a conciencia, algo de lo que Yoongi se había encargado personalmente, pero no solo en el salón, toda la casa estaba adaptada a las necesidades de Jimin.

 Los muebles estaba colocado a conciencia, algo de lo que Yoongi se había encargado personalmente, pero no solo en el salón, toda la casa estaba adaptada a las necesidades de Jimin

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Neysa fue la primera que notó la presencia de ambos y saltó sobre el regazo de Jimin para darle la bienvenida. Habían pasado dos semanas desde la invasión y la gatita se había recuperado muy bien de sus heridas.

—Te he echado mucho de menos— Jimin la alzó con cuidado y la besó con mucho mimo —Yoon me ha dicho que has estado comiendo bien. Mellie estaría muy orgullosa de ti, mi vida.

Junggi se levantó tan abruptamente del suelo, que golpeó el tablero de ajedrez y las piezas cayeron sobre la alfombra. Estaba tan centrado en la partida con su tío, que no los había notado hasta que Jimin comenzó a hablar.

—¡Papi, papi!

Neysa se subió al hombro de Yoongi como si intuyera que el niño quería abrazar a su padre. Yoongi ayudó a su hijo a sentarse sobre el regazo de su marido y los dos se fundieron en un profundo abrazo.

Taehyung se quedó mirando la escena con sentimientos encontrados. Estaba muy feliz por la familia de su hermano y era realmente enternecedor verlos a los cuatro juntos, pero esa imagen también le llevó a pensar en Mellie. Su familia había perdido a un miembro muy valioso y aunque no quería sentirse mal, dado que su reencuentro era motivo de alegría, no podía evitar tener esa clase de sentimientos por la ausencia de su pequeña.

—¡Bienvenido a tu nueva casa!— Jungkook se acercó a Jimin y le apretó el hombro —¿Cómo te sientes? ¿Estás emocionado?

—Estoy muy feliz de estar de vuelta.

Retrouvailles | ⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora