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Yoongi tomó otro bocado de arroz frito. Los alimentos que había preparado Hyungsik eran sencillos pero saciaban el hambre. El silencio en el comedor predominó durante gran parte de la cena. Las pocas veces que se rompió fue solo para hablar del temporal.

El fuego de la chimenea había caldeado el cuarto aunque en otras partes del recinto seguía haciendo frío. Como no disponían de electricidad, habían colocado varios candelabros con velas para iluminar el pequeño comedor rústico.

Yuuma terminó de sorber la sopa de algas sin advertir la tensión que había en el ambiente

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Yuuma terminó de sorber la sopa de algas sin advertir la tensión que había en el ambiente. Jungkook no podía mirar a Hyungsik sin querer saltarle al cuello y Yoongi estaba angustiado, sobre todo porque no podía dejar de pensar en las marcas del niño.

Yuuma balanceó las piernas mientras contaba los copos de nieve que caían en el exterior. Pronto notó un fuerte cansancio que le llevó a bostezar varias veces.

—Es tarde para él— Yoongi miró a Hyungsik —¿Te parece bien si lo acuesto?

—Por supuesto— respondió tras tomar un trago de vino —Ve con Yoongi y haz caso de lo que te diga.

Yuuma asintió y se levantó de la silla. Jungkook supo que esa era la oportunidad que estaban buscando. Ahora solo necesitaba distraer a Hyungsik el tiempo suficiente para que Yoongi pudiera hablar con el niño.

—¿Quieres?

Jungkook alzó la mirada; Hyungsik le estaba ofreciendo una copa de vino tinto.

—Sí.

La tensión entre ellos ni siquiera se rebajó cuando el hombre se la llenó hasta arriba.

—El día que cambió el mundo, mucha gente decidió huir de sus casas, estancias o lugares de trabajo en lugar de quedarse— Hyungsik observó el líquido carmesí —Si sabes cómo moverte y dónde buscar, a veces la vida te recompensa con un tesoro como este.

—Veo que te gustan las cosas de calidad— Jungkook agarró la copa —¿De dónde has sacado esa ropa? Es de invierno y la nevada nos ha pillado a todos de imprevisto.

—Dice el que tiene un anorak— apuntó al recordar que había visto uno en su dormitorio —¿De dónde lo has sacado?

—Lo tomé de una tienda...

—¿Y de dónde crees que he sacado yo mi ropa?— le cortó Hyungsik inmediatamente —Tiendas, casas, coches, hoteles... En cualquier lugar puedes encontrar ropa— aseguró mostrando una sonrisa que desagradó al menor —¿A qué viene tanta desconfianza?

Jungkook no respondió, pero Hyungsik notó cierta animadversión en su mirada.

—Te lo ha contado, ¿verdad?

—¿Haces lo mismo con Yuuma?— Jungkook decidió dejarse de rollos e ir directo al grano —¿También usas al niño para tus negocios?

—Nunca usé a Yoongi, le propuse acostarse conmigo y él aceptó— Hyungsik tomó un trago con toda la calma del mundo —Podría haberme rechazado, incluso le pregunté varias veces si estaba seguro o si quería dejarlo, pero no lo hizo.

Retrouvailles | ⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora