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Taehyung entró en su domicilio con la respiración entrecortada. La tormenta que azotaba en el exterior le había pillado en plena calle. El chico se quitó las botas y las dejó en la entrada. También se despojó de la ropa que estaba completamente empapada.

El temporal había dejado la vivienda sin electricidad, por lo que tuvo que subir al segundo piso a oscuras. Taehyung notó que había luz en el dormitorio de Jimin. Intrigado empujó la puerta, que estaba entreabierta, y lo encontró acurrucado en la cama leyendo Hamlet.

—¿Sigues despierto?— se fijó en las velas que iluminaban la habitación —Creía que ya estabas durmiendo.

—Te estaba esperando— el rubio cerró el libro y lo dejó sobre la cama —¿Cómo te ha ido?

Mellie salió de debajo de las mantas al oír la voz de su papá. La perrita lo miró con los ojos entrecerrados y se tumbó emocionada a los pies de la cama.

—¿Lo dejamos para mañana? Ahora no me apetece hablar del tema— Taehyung acarició a Mellie con mucho cariño —¿Dónde están los demás?

—En el hospital, tienen turno de noche— Jimin apartó las mantas y golpeó el colchón con la mano —Entra, debes de estar congelado.

El menor aceptó la invitación y se tumbó a su lado. Jimin lo tapó inmediatamente con las mantas para que pudiera entrar en calor. Taehyung se le quedó mirando fijamente a los ojos, como si esperase algo más de él, pero Jimin se hizo el desentendido, lo que provocó una media sonrisa en su rostro.

—¿No vas un poco ligero de ropa?— criticó el castaño —Estamos en febrero. ¿Quieres morir de gripe?

—¿Ahora te preocupa que duerma desnudo?

Taehyung no pudo resistirse al mohín que hizo y le agarró firmemente de la nuca. El espacio entre ellos se fue reduciendo lentamente, hasta que sus labios se rozaron e iniciaron un beso profundo y apasionado.

—¿Por qué no me ayudas a entrar en calor, Jimin?— susurró contra su boca —Se nota que a ti no te afecta el frío.

—Si tuvieras tanto frío como dices tener, entonces no se te habría levantado— sonrió pícaramente al notar su erección presionando contra su piel —Te alegras de verme, ¿verdad?

—Siempre me alegro de verte— Taehyung deslizó la mano por su espalda sin apartar la vista de él. Cuando alcanzó su trasero lo apretó con firmeza —Sobre todo cuando me esperas desnudo en la cama.

—Cierra la puerta, Tae— pidió excitado —No eres el único que necesita entrar en calor.

—No hace falta, no hay nadie en casa— le mordisqueó el labio inferior —Además, ya estoy cansado de ocultarnos.

—Sé que lo estás, yo también— Jimin contempló su rostro —Pero nadie vería lo nuestro con buenos ojos.

—Han pasado quince meses— apuntó Taehyung molesto —¿Por qué no podemos estar juntos? ¿Por qué no podemos ser felices?

—Porque no lo entenderían— le besó la mejilla con delicadeza —Solo nos juzgarían y nos odiarían.

—Ellos nos abandonaron, Jimin. Nos mintieron a la cara y se fueron sin importarles nuestros sentimientos— soltó con cierto resentimiento —Nos dejaron solos y rotos. No pienso perder más tiempo llorando por dos personas que no lo merecen.

—Tae, no digas eso...

—Es la verdad. Quiero estar contigo. Eres el único al que deseo, eres el único que me hace sentir vivo— Taehyung lo empujó suavemente contra el colchón —Te amo, Jimin. Y no me importa lo que piensen los demás. Solo me importa lo que pienses tú.

Retrouvailles | ⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora