Retrouvailles | ⁴

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Junggi saltó emocionado. Yoongi sostenía la cuerda de la cometa que se había alzado en el aire y el niño no podía creer, que el regalo que le había hecho Jungkook por su cumpleaños, pudiera volar de verdad.

Jimin tomó varias fotografías mientras su retoño corría detrás de la cometa. El pulpo tenía una forma muy graciosa y los tentáculos se movían en el aire con mucha soltura. Jungkook había creado un diseño divertido que no solo había cautivado al más pequeño de la casa.

—¡Papi, Papi, mira, mira, el pulpo vuela!

—Sí, mi amor— Jimin apartó la polaroid brevemente y sonrió por la felicidad que vio en el rostro de su hijo —Está volando muy alto.

Junggi saltó una y otra vez tratando de alcanzar la cometa, pero le resultó imposible tocarla. Cuando Yoongi lo llamó para que se acercara, acudió inmediatamente a su lado. 

—¿Quieres hacerla volar?

La pregunta le alegró tanto que se abrazó a su pierna. Yoongi sonrió y recogió un poco de hilo para adaptarlo mejor al niño y luego se lo entregó, dándole una pequeña instrucción. Jimin siguió haciéndoles fotos mientras escuchaba atentamente la conversación entre ellos.

En cuanto estuvo listo, el nene comenzó a correr por la colina con Yoongi y Jimin siguiéndole de cerca. El pulpo se volvió a alzar en el aire, aunque a una altura mucho menor que la anterior. Junggi no reparó en ese detalle; la cometa estaba volando y él era el responsable de ese fenómeno, lo que le hizo extremadamente feliz.

—¡El pulpo vuela! ¡El pulpo vuela!

Jimin se rió al oír los gritos que daba. Por culpa del clima habían tenido que esperar hasta abril para echarla a volar, pero la espera había merecido la pena. 

Yoongi se detuvo con la intención de contemplar la escena. Cada día que pasaba con ellos era un regalo maravilloso por el que estaba sumamente agradecido.

La cometa cayó al suelo tras un par de minutos. Junggi trató de volver a alzarla en el aire, pero no fue capaz de hacerlo solo.

—Appa, el pulpo no vuela— se quejó entre pucheros —Appa, el pulpo...

Yoongi se sorprendió por la expresión de Jimin. Parecía conmovido, casi emocionado, lo que le desconcertó un poco. Cuando desvió la mirada hacia el niño y vio que lo estaba mirando a él, en ese instante comprendió la reacción de su novio. Junggi no se estaba dirigiendo a Jimin como appa, sino a él.

—¿El pulpo tiene pupa?— Junggi comenzó a tirar de los tentáculos sin apartar la mirada de Yoongi —Appa, el pulpo no vuela.

Yoongi se quedó en blanco. Le había llamado appa, después de cinco meses viviendo juntos, le había llamado appa por primera vez. Jimin se tapó la boca mientras los observaba. Estaba tan contento que sentía que iba a llorar de felicidad.

—Junggi, cariño— Yoongi se arrodilló delante del niño —¿Puedes decirlo otra vez?

—El pulpo no vuela— repitió con una expresión muy triste —Appa, ¿por qué no vuela?

Yoongi lo abrazó sobrecogido. No era capaz de expresar el sentimiento tan profundo que había despertado en él. Llevaba mucho tiempo anhelando que llegara este día. Se había esforzado en recuperarse mentalmente y así poder ser un buen padre para Junggi. Y en el momento menos esperado, cuando ni siquiera había reparado en ello, había oído lo que tanto deseaba oír.

—Te quiero mucho— dijo con lágrimas en los ojos —Sabes que te quiero, ¿verdad?

—Lo sé, lo sé— contestó alegre —Junggi también quiere a appa.