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Hoseok despertó con la sensación de haber dormido mejor que nunca. El silencio que percibió a su alrededor incrementó el bienestar que estaba sintiendo, pero lo que mayor dicha le proporcionó, fue ver a Namjoon en la otra punta de la cama.

Seokjin no estaba entre ellos, algo que no le extrañó del todo. Con cuidado se alzó de la cama, dado que no quería despertar a su novio. Mientras lo miraba, se vistió con la ropa del día anterior y después de besarlo en la mejilla, y susurrarle al oído que lo amaba, se desplazó hasta la salita de estar, donde encontró a Mellie.

—Buenos días, princesita. ¿Sabes dónde está Seokjin hyung?

Mellie no se levantó, estaba acurrucada bajo una manta verde y solo se le veía el hocico.

—Hyung ha ido a preparar el desayuno, ¿verdad?— Hoseok le tocó la nariz y la perrita se escondió del todo —No es muy amigo de invocar la comida, seguro que está haciendo algo delicioso para los cuatro.

Mellie no se movió y Hoseok salió de la casa con una sonrisa. El paisaje que se encontró estaba plagado de barrancos, cañones y tierras áridas de distintas tonalidades rojizas. Ayer habían disfrutado de un cielo cubierto de estrellas, pero el aspecto de día era igual de bello que por la noche.

Hoseok cerró los ojos y extendió los brazos hacia los lados, dejando que el sol cubriera cada parte de su piel. La sensación fue tan agradable que, por un breve instante, vació la mente y se olvidó de todo lo que había a su alrededor.

—¿Te estás comunicando con el sol?

—¿Cómo lo sabes?— Hoseok se dio la vuelta y le sonrió pícaramente —Me está contando que la luna se escandalizó anoche por lo que hicimos.

—¿En serio?— Namjoon le siguió el juego sin dudar —¿Y qué le has dicho?

—Que qué hacía mirando si nadie la invitó.

El menor lo abrazó entre risas y Hoseok se dejó querer. Había añorado tanto el contacto físico con su chico, que cuando sucedía, atesoraba cada segundo.

—¿Sabes dónde está Seokjin hyung?

—Creo que ha vuelto a casa a preparar el desayuno— Hoseok se sujetó de su cintura y ambos comenzaron a dar vueltas como si estuvieran bailando —No imaginé que fuéramos a necesitar una cocina y por eso no la instalé.

A Namjoon le parecía lo más lógico. Seokjin demostraba su amor con la comida y después de lo de anoche, querría servirles algo contundente para que recuperasen las fuerzas.

—¿Has dormido bien?

El menor asintió. Estaba un poco cansado, pero había dormido de maravilla.

—Hobi, sobre anoche...

—Sé que tienes muchas preguntas, pero es mejor esperar hasta que estemos los tres juntos.

Namjoon estaba de acuerdo. Después de lo de anoche, no podían mirar hacia otro lado. Debían hablar sobre su relación, definir qué eran y cómo querían seguir adelante. Afortunadamente, Hoseok parecía estar tan dispuesto como él a afrontar esa conversación.

—Joonie, ¿me das un beso?— pidió mostrando un adorable puchero —Necesito un besito.

—¿Dónde lo necesitas?

—Aquí— se señaló la boca —Justo aquí.

Namjoon rozó sus labios cuando Mellie ladró enérgicamente desde la puerta. La pareja se sobresaltó un poco dado que el ladrido había sonado mucho más fuerte de lo habitual. Al mirar hacia la perrita se dieron cuenta de dos cosas; Mellie había crecido mucho y además tenía un papel bajo la pata derecha.

Retrouvailles | ⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora