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Namjoon contempló el rostro de Hoseok mientras dormía en su cama. Los últimos días habían sido una locura para la gente de Inyeon y también para ellos tres.

Desde la breve visita de Jimin habían decidido seguir cada detalle de lo que ocurría en la isla. Ninguno se despegó del televisor durante horas. Ni cuando comenzó la limpieza de infectados, ni cuando Jungkook cambió a Sohee por primera vez, ni cuando Yoongi pasó cada noche junto a su marido o Taehyung se encargó de cuidar de Junggi.

Con todas las emociones que habían experimentado en tan poco tiempo, nadie en esa casa, a excepción de Mellie, consiguió conciliar el sueño hasta que las cosas en la isla comenzaron a tomar otro rumbo.

Hoseok se había quedado dormido en el sofá del salón poco antes del funeral en la playa. Namjoon sugirió que era un buen momento para tomar un descanso, pero Seokjin se negó. Él quería quedarse para seguir el funeral y estar ahí cuando Jimin despertara.

Seokjin sufría de cargo de conciencia por haberse ausentado durante la mayor parte de la invasión, pero Namjoon seguía manteniendo que había sido la mejor decisión posible. Sobre todo viendo el estado del mayor, que era bastante inestable.

Namjoon también llegó a la conclusión de que debían esperar unos días más antes de contarle a Hoseok sobre su relación. Seokjin estaba demasiado vulnerable y temía que, en un arranque de ira o desesperación, pudiera echarlos de su orbit.

Por eso decidió esperar hasta que las aguas se calmaran. A veces darse un poco de tiempo y espacio era lo más sensato. Sobre todo cuando había tanto dolor de por medio.

—Pero bueno— Hoseok sonrió al encontrarlo a su lado —¿Me estás espiando?

—Soy tu fantasma-mirón, ¿recuerdas? Tengo muchos años de práctica.

Hoseok lo empujó entre risas y su reacción también hizo reír a Namjoon.

—¿Cuándo me he quedado dormido?

—Anoche. Poco antes del funeral.

—¿En serio? No puede ser— Hoseok se indignó consigo mismo —Quería haberlo visto...

—Fue triste, pero muy bonito— Namjoon le acarició la cabeza —Ahora la gente comenzará a sanar sus heridas.

Hoseok sabía que afrontar las fases del duelo era muy complicado, pero al menos se tenían los unos a los otros para superar la tragedia. Aunque iba a ser difícil, estaba convencido de que el pueblo de Inyeon lo iba a lograr.

—¿No quieres dormir un poco más?

—No, he dormido más que suficiente— Hoseok apoyó el codo sobre el colchón —Anda, me has traído a tu cama. Qué desvergonzado.

—Dice el que me está coqueteando.

Hoseok se rió entre dientes, hasta que se le cruzó un pensamiento por la mente.

—No nos enviarán al infierno, ¿verdad?

—¿Al infierno?— Namjoon se rió —¿Por qué piensas eso?

—Es que en la ficción siempre aparece algún loco gritando, arrepiéntete pecador o iras al infierno si haces cositas con otros hombres y ya sabes, tú y yo hemos hecho cositas.

—Este sitio no funciona así.

—Menos mal— Hoseok resopló de puro alivio —Porque... Ejem... Si en la orbit de Seokjin hyung comemos, bebemos e incluso cagamos, también se debería poder hacer cositas, ¿no?

Namjoon se rió por la expresión tan pícara que puso.

—Sí, aquí también se puede follar.

—¿Y tú cómo lo sabes? ¿Te has follado a alguien?

Retrouvailles | ⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora