Los siete cruzaron la puerta del medio.
La pradera era extensa y bella, aunque mayormente verde, algunas orquídeas blancas cubrían parte del terreno. El aire soplaba suave, generando un agradable sonido a su paso, mientras que el cielo mostraba nubes grandes y blancas, entre un mar de tonalidades azules.
Yoongi, vestido de blanco, contempló el paisaje con una sensación de calma y bienestar. No había nadie a su alrededor, a pesar de haber cruzado con su familia, y aun así, hallarse en un lugar desconocido, sin Jimin o Taehyung a su lado, no le alteró en absoluto.
Entre la naturaleza, un majestuoso roble, mucho más grande e imponente que los que había visto en la península de Corea, llamó rápidamente su atención. Se encontraba en lo alto de una colina, y las hojas doradas brillaban incluso sin los rayos de sol que, en ocasiones, las atravesaban.
Algo en el corazón de Yoongi le indicó que debía caminar hacia allí. Lentamente, se puso en marcha y mientras se dirigía al punto más alto de la pradera, se cruzaron dos niños, de unos cinco y seis años de edad, por delante de él.
Los muchachos no vestían con el clásico traje de El Umbral. Llevaban un conjunto de pantalón de chándal y sudadera, uno en rojo y otro en azul, bastante común y corriente. Ninguno de los dos reparó en su presencia, dado que el menor huía del mayor y estaban demasiado centrados en su juego.
De un segundo a otro, el mayor lo alcanzó y sin ningún motivo aparente, los chiquillos se pusieron a pelear. Cuando Yoongi se dispuso a separarlos, escuchó una voz fuerte y femenina.
—¡¿Queréis comportaros!? ¿Es que sois hijos de un demonio de Tasmania?
En cuanto vio el rostro de Ha Soeun, y poco después el de la bebé que la mujer cargaba entre sus brazos, la sonrisa de Yoongi se agrandó y su corazón se agitó de alegría.
Emocionado, le dio un cálido abrazo a la señora. Soeun lo besó en la sien y después de compartir una entrañable sonrisa con un viejo amigo, le mostró a su hija, que estaba mirándolo fijamente a los ojos.
—¿Cómo estás, Naeunie?— Yoongi la cargó con el permiso de su madre —Hace mucho que no nos vemos, ¿verdad? Mi pequeño angelito. ¿Recuerdas al tío Yoongi? Sí, ¿verdad? Yo nunca te he olvidado. He pasado toda la vida pensando en ti.
Naeun esbozó una sonrisa tan alegre que para Yoongi fue como recibir el más cálido de los abrazos. No recordaba el tiempo que había transcurrido desde la última vez que se vieron, pero sus sentimientos por la pequeña seguían siendo fuertes.
—Niños, venid a saludar a Yoongi.
Los pequeños se acercaron y le hicieron una reverencia. Yoongi se sentó en cuclillas para observarlos detenidamente. No recordaba sus rostros, pero sentía un gran cariño hacia ellos.
—¿Cómo estáis?
—Bien.
—Yo más bien que él— respondió el mayor.
—Pues yo más bien que bien que él— dijo el menor.
Yoongi se rió. Los pequeños no aguantaron tanta formalidad y se volvieron a picar entre ellos. Soeun resopló, aunque esta vez no les dijo nada y los dejó a su aire.
—Señora Ha, me alegra mucho volver a verla.
—Lo sé, mi querido Yoongi— Soeun le acarició la mejilla —Por suerte, ahora vas a poder vernos cuando quieras.
Aunque a Yoongi le surgieron algunas preguntas, no sintió la necesidad de hacérselas. El joven, que tenía el mismo aspecto que el día en que cambió el mundo, se quedó contemplando a Naeun, dándole besos en el rostro y disfrutando de un momento que jamás creyó que volvería a tener con ella.
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Retrouvailles | ⁴
HorrorContinuación de EVANESCENTE. ▪️Género: Drama | Terror | Acción | Romance ▪️Inicio: 16/09/19 ▪️Final: 25/04/24 ▪️ Capítulos: 130 ▪️ + 2 especiales (Mangata & 130) ▪️Portada: ethereal-mxxn ▪️+18 | Lemon | Versátil ▪️Historia original | No permito...