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—Déjalo estar— Seokjin estaba apoyado contra la pared del salón, observando al menor caminar de un lado a otro —No podemos hacer nada.

Namjoon había intentado dejarle una nota a Hoseok, mover algún objeto e incluso manipular las luces del domicilio para hacerse notar, pero ninguna de sus ideas logró tomar forma.

—Siempre se puede hacer algo— respondió absorto —Solo necesito pensar.

El mayor desvió la vista hacia la televisión; Yoongi y Jungkook seguían esperando en la playa sin saber que Minho y Yeonjun no volverían a por ellos. Seokjin apartó la mirada angustiado pero también disgustado por no serles de ayuda.

—¿Es posible poseer el cuerpo de alguien?— Namjoon se detuvo abruptamente —Si pudiéramos poseer el cuerpo de alguien, podríamos decirles que siguen vivos.

—¿Y cómo pretendes hacerlo?— se masajeó la sien molesto por el intenso dolor de cabeza —Si lo más sencillo no ha funcionado, ¿cómo lo hará algo tan complejo?

—Sería el mismo procedimiento que cuando te metes en el sueño de una persona— continuó sin dejarse contagiar por su pesimismo —Podríamos unir nuestras energías pero en lugar de concentrarlas en nosotros, introducirlas en Hobi, Jimin o Taehyung.

—No sé...

—Sé que no eres partidario de volver a intervenir, pero si no hacemos nada quedarán atrapados en la península.

—Creo que deberíamos dejárselo a Jimin y Taehyung— Seokjin se sentó en el sofá —Si nos metemos en esto podría suceder algo terrible.

—Ya está sucediendo algo terrible, hyung— Namjoon señaló hacia la pantalla —Están rodeados de asesinos e infectados, sin comida ni bebida. ¿Cuánto tiempo crees que aguantarán así?

El mayor no respondió.

—Sé que te aterra dar este paso por lo que me sucedió, pero si no lo damos podrían morir, ¿entiendes?

—No quiero que nadie muera— Seokjin se llevó la mano al pecho, la ansiedad lo estaba asfixiando —No quiero que pase nada malo...

—Lo sé— Namjoon se sentó a su lado y le miró fijamente a los ojos —Por eso debemos hacerlo. Debemos ayudarles, hyung— le apretó el brazo suavemente —Necesito que me apoyes en esto. Por favor.

Seokjin asintió para alivio de Namjoon. A pesar de su objeción, la fuerza que vio en la mirada del menor fue determinante para acceder a ello. El primo de Jimin se levantó inmediatamente del sofá con la intención de llevarlo a cabo.

—Detente.

Una voz desconocida les hizo mirar hacia su izquierda. Al lado de la ventana se encontraba una mujer de aproximadamente treinta años de edad, luciendo un traje azul marino de tres piezas con zapatos blancos de tacón de aguja. Su cabello largo y oscuro estaba recogido en una coleta alta.

—¿Quién eres?— Seokjin se alzó desconcertado —¿Cómo has entrado aquí?

—Soy una praesidio— respondió en un tono calmado pero firme —Puedo entrar en cualquier orbit.

—¿Praesidio?— Namjoon retrocedió unos pasos hasta posicionarse delante de su amigo —¿Qué es eso exactamente?

—Soy la que prosigue cuando se han ignorado todas las advertencias.

Esa respuesta los tensó de inmediato.

—¿Has venido a castigarnos?

—No, Seokjin— la mujer le miró con una expresión impasible —He venido a deciros que ya no habrá más advertencias. Si volvéis a intervenir en el mundo de los vivos, tendréis que cruzar la cuarta puerta.

Retrouvailles | ⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora