Baile de máscaras

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Baile de máscaras

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En el amplio salón las parejas dibujaban círculos al compás de la música; las mujeres hacían volar sus amplias faldas y los hombres las seguían moviéndose a un lado y al otro. Cada uno de los presentes ocultaba su rostro tras una máscara, algunas sobrias y elegantes, las de las mujeres con brillos y plumas que acompañaban el color de los vestidos.

La fiesta de máscaras de la señora Hibiki era todo un éxito. La anfitriona paseó entre las parejas, sonriendo a uno y otro lado, buscando con la mirada a su esposo, al que distinguió en un rincón copa en mano, hablando con un grupo de caballeros. Se acercó realizando una breve reverencia.

—Señora Hibiki, permítame felicitarla. Espléndida fiesta como siempre —la saludó uno de los hombres.

—Gracias, señor Shimomura.

—Querida Akari, te has esforzado en realidad —felicitó Happosai, un anciano de rostro arrugado y risueño, con cierto brillo malicioso en la mirada, hábil comerciante—. Nuestro muchacho Ryoga es sin duda muy afortunado al tenerte.

Ryoga, a su lado, se aclaró la garganta.

—Ya no soy un muchacho, tío —comentó.

—Tonterías. Siempre serás un muchacho para un viejo como yo.

Akari ocultó la sonrisa detrás del abanico.

—Gracias, tío, es usted muy amable, no creo ser digna de tantos halagos. Pienso que también soy muy afortunada de tener al señor Hibiki conmigo, ¿no es así, acaso? Y debo en estos momentos robar su atención.

—Oh, los jóvenes y el amor —comentó el señor Shimomura con una sonrisa pícara.

—Sin duda deben tener un poco de tiempo para ustedes —Happosai hizo un gesto con la mano indicando que eran libres de irse.

Akari se tomó del brazo de su esposo y pasearon lentamente por el salón de fiesta. Al final, salieron al jardín.

—¿Sucede algo? —preguntó el marido.

—Quería estar a solas contigo un momento. La parte mala de las fiestas es ser los anfitriones, ¿verdad? Una tiene que estar atenta a todos los invitados, no descuidar a ninguno o podría ofenderse por mi negligencia; pero eso me quita tiempo para ti. Esposo mío, ¿te diviertes?

—Mucho. Sigues siendo la mejor anfitriona que conozco —le besó el dorso de la mano galantemente—. Además, me encantan las fiestas, me recuerda que te conocí en una, y ya nunca más pude apartar mis ojos de ti.

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora