El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)

El rey demonio (parte 8)

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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El rey demonio

(parte 8)

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En el campamento de los orcos todo estaba mucho más silencioso que de costumbre. Las hogueras habían sido encendidas nuevamente para atender a los heridos y alrededor de ellas se amontonaban los sobrevivientes del nuevo ataque fallido a Nerima, cabizbajos algunos, otros aún gruñendo por no haber podido cumplir su misión.

Más apartado del resto, como solía hacer últimamente, el general Ryoga el rompe-rocas, apretaba contra su cuerpo el brazo nuevamente mutilado, del que aún caía la sangre que había empapado sus ropas en la batalla.

—General, tenemos que atenderle la herida —dijo uno de sus capitanes, acercándose con cautela, pues no sabía de qué humor estaría su general ante una nueva derrota.

—Déjame solo —le gruñó Ryoga con una siniestra luz en los ojos.

El otro orco se dio media vuelta y se fue. Ryoga siguió allí, mirando al frente, rumiando su humillación una vez más ante aquella mujer pelirroja, que no había resultado ser otro que el propio rey demonio. ¡Ese bastardo! Se había burlado de todos, había asesinado sin piedad a sus propias tropas, se había mezclado con los asquerosos humanos poniéndose de su parte. Y lo que era peor, actuaba como una humana, ¡y todavía mujer!

Él tendría que haberse dado cuenta desde el principio; los gestos, la apariencia, todo en aquella mujer pelirroja recordaba al rey demonio, incluso había notado que la primera vez que se topó con ella había intentado hacer un hechizo. Qué idiota había sido, muy pocos en el mundo podían hacer magia, y quien lo hacía seguramente estaba emparentado con demonios. En aquel momento él había estado demasiado atontado por el sabroso cuerpo de Akane Tendo como para pensar bien la situación, pero ahora comprendía todo lo que había ocurrido. Ahora se daba cuenta de que todo era una burla.

Pero también entendía que él era el único que estaba destinado a derrotarlo, y ahora con muchas más razones para hacerlo: Ranma, el rey demonio, se había aliado con los humanos en contra de su propia raza. Ya era suficientemente malo que el antiguo rey hubiera contraído nupcias con alguien que no era como ellos; y además, luego aquel híbrido que era su hijo había heredado el trono. Los humanos eran como una peste, una plaga que se esparcía por todas partes, ¡qué asco! Él se encargaría de erradicar aquella enfermedad de raíz.