El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)

El rey demonio (final)

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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El rey demonio

(final)

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El rostro de Ryoga ensombreció mientras su mente se llenaba de oscuros pensamientos. La cabeza de león que tenía en el brazo comenzó a iluminarse cada vez más y al darse cuenta se sonrió con maldad, extendiendo el brazo, apuntando directo hacia su odiado enemigo.

A la distancia Ranma aguzó los ojos observando aquella luz. Y los abrió alertado.

—¡A un lado! —gritó hacia donde estaba Akane—. ¡Lanzará un hechizo!

Akane giró la cabeza en su dirección sin comprenderlo. El rey demonio se dio cuenta de que ella no podría alcanzar a apartarse a tiempo, y apretando los dientes desapareció, reapareciendo junto a ella, levantando la espada justo a tiempo para conjurar una barrera mágica.

—¡Nyannichuan!

La princesa ahogó un grito cuando el poderoso ataque de energía se dirigió hacia ella y sus soldados, y levantó los brazos para protegerse la cabeza; pero la barrera protectora que Ranma interpuso valiéndose de la espada bloqueó el poderoso hechizo, el rayo de luz se partió en dos, continuando por la izquierda y la derecha. Algunos de los soldados que quedaron fuera de la protección del rey demonio murieron en el acto, junto a muchos orcos que fueron arrasados por aquel extraordinario poder que dejó su marca en la hierba, calcinándola y elevando negras volutas de humo de la tierra.

Entre las paredes de humo, en el cono que quedó intacto del suelo en medio de la destrucción, Akane confundida y asustada respiró agitada buscando con sus ojos a Ranma, él le devolvió una mirada asesina y desapareció.

La risa de Ryoga se mezcló con los gritos de la batalla, con los estruendos de las rocas que caían, con el crispar de las llamas y con los miles de silbidos de las flechas que oscurecían el cielo como bandadas incontables de aves. El humo descendió un poco y pudo ver a un gran número de sus huestes heridas por su propio ataque intentando levantarse, gimiendo de dolor por los miembros amputados y calcinados. Más se jactó de su nuevo poder. De pronto Ryoga vio un asombra que se movía veloz por la hierba quemada, deslizándose tras los pedazos de rocas y astillas de las torres destruidas, apareciendo y desapareciendo, dejando a cada nuevo paso apenas una estela borrosa de su presencia. Era Ranma que para su desagrado todavía vivía, y avanzaba veloz. El rey demonio dio un enorme salto apoyando un pie en uno de los primeros tablones horizontales de la torre, y dando un par de impulsos más, desapareciendo tras cada uno en sus oscuras estelas mágicas, apareció ante Ryoga sorprendiéndolo, dando un gran salto mientras blandía su espada.