En la oscuridad

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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En la oscuridad

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En lo profundo de la noche las dos figuras se entrelazaron, como sombras más profundas que las sombras que los rodeaban. La humedad de la piel se traspasó de uno a otro, eran caricias rápidas, como tirando de la cinta del tiempo, para llegar más pronto al extremo placer de la unión.

Besos quemantes abrasaban los labios que compartían secretos nunca dichos, y palabras de amor que avergonzaban durante el día, pero que con la complicidad de aquella luna que los observaba, hacía posible la magia de la revelación.

La chica se separó de él un angustiante momento para soltarse el cabello, y con ímpetu volvió a dejarse caer entre los brazos de su amado, que la cuidaba del mundo y la envolvía en dulce dicha durante las noches. Desesperados volvieron a entrelazarse, encastrando las formas de sus cuerpos, que ya sabían amarse y complacerse mutuamente, y alcanzaban la experticia que una vida juntos podía dar.

El muchacho, eterno errante de caminos, parecía haber encontrado el rumbo certero entre los brazos de aquella fuerte mujer que lo amaba pese a todo. Enterró los dedos en su cabello suelto y los movió para hacer una fiesta con ellos, envolverse en su suavidad de seda, tironearlo al vislumbrar el éxtasis mayor, como sabía que a ella le gustaba.

La empujó en un arrebato de pasión encima de la plancha, donde sus destinos se habían entrelazado una primera vez, y ahora sabía que era un extraño y excitante gusto de aquella mujer. A él no le importaba, mientras sus brazos lo recibieran, mientras sus piernas temblaran para estrecharlo, mientras su interior palpitante, húmedo y caliente estuviera dispuesto a recibirlo y agasajarlo, no le importaba dónde. Aquello era solo una particularidad. El frío del acero de la plancha apagada hacía horas no le molestaba, al contrario, exacerbaba también sus sentidos y lo hacía delirar con otras prácticas aún más osadas que deseaba probar.

Pero no tenía ahora la mente puesta en ensoñaciones, solo en sentir las curvas de ella apretadas contra su cuerpo, reclamándolo y despertándolo como nunca antes. Terminó de arrancarle la ropa y la invadió usando toda su fuerza, escuchando el gemido mezcla de dolor, placer y sorpresa que acompañaba sus movimientos como un coro de música celestial. Sus ojos se extraviaron, cerrándose para ver un cielo de miles de estrellas de colores al tiempo que las uñas femeninas se enterraban cada vez más en su espalda y luego las manos lo tocaban con atrevimiento en lugares que conocía que lo enloquecían.

En medio de aquel éxtasis delirante en que solo hacían caso a sus cuerpos hasta soltarse del todo, se estrecharon con fuerza y sonó el grito femenino que mostraba su placentera entrega.

—¡Ah... Ryoga! —un solo hilo de voz que le secó la garganta mientras se sentía caer en la espiral del deseo.

El gruñido masculino fue más poderoso.

—¡... Akari!

Mientras él se convulsionaba sobre las suaves piernas, olvidado del mundo, no notó la inmediata rigidez y la frialdad con que se recibió su cúspide de gloria.

—¿Cómo... cómo me llamaste? —murmuró Ukyo con voz ronca en medio de la oscuridad.

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FIN

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Nota de autora: Gracias a Nube Escarlata, Haruri Saotome, Dee-Dee Zednem, Ivarodsan, Zagashi, nos vemos mañana.

Romina

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora