Perfecto amor

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Perfecto amor

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Adoro a Kasumi Tendo. Su figura estilizada, su ropa siempre impecable, que se acomoda a su figura; recatada y delicada, femenina y sutil, sensual en su reservada elegancia. Me gusta su cabello castaño y brillante, siempre exquisitamente perfumado; su rostro perfecto, eternamente sonriente, aún cuando tuviera un mal día. También me gustan las sutiles ojeras que oscurecen debajo de sus ojos, porque muestra su amor y dedicación por los demás, y cuánto hace para mantenerlos contentos.

Amo sus manos, suaves a pesar de sus labores, siempre cálidas cuando acarician mi rostro, manos que no se pueden estar quietas un momento y que yo quisiera ver descansar. Adoro su buen tino, sus ideas claras al llevar una casa, sus conocimientos del valor de las cosas, cuando con una sonrisa animada regatea con un vendedor porque el precio no es el correcto. Elogio su comida y su creatividad en la cocina, pero más me gusta la sonrisa satisfecha que adorna su rostro y llega hasta sus ojos cuando alguien disfruta de lo que ella prepara.

Amo cómo Kasumi, humilde y servicial, no se da cuenta de cuánto vale y de cuán importante es para todos; para mí en particular.

Amo ponerme nervioso con ella, tiritar de ansias cuando estamos en una misma habitación, enloquecer —literalmente— si ella me dirige la palabra, o me mira directamente con sus brillantes ojos cafés. Adoro esa confusión en mis sentidos que me vuelven un completo idiota. Pero estoy orgulloso de haberlo superado lo suficiente como para confesarle sin tapujos mis sentimientos.

Adoro todo de Kasumi.

La manera en que el cabello le cae suelto por la espalda desnuda hasta rozar sus glúteos cuando se quita la yukata para mí. Cómo inclina la cabeza a un costado para que yo deposite un beso suave y largo en su hombro; en su cuello; en su clavícula. Adoro rodearla con los brazos y delinear su pequeña cintura, luego subir las manos hasta abarcar los pechos, suaves, sensibles, del tamaño perfecto para que yo los acaricie lentamente con toda la palma.

Me gusta cómo Kasumi echa entonces la cabeza hacia atrás, apoyándola en mi pecho, dejándose acariciar con un abandono que da gusto ver, los ojos cerrados, las pestañas proyectando una sombra sobre sus mejillas, los tiernos labios sonrosados entreabiertos, exhalando casi inaudibles murmullos de contento. Verla humedecer los labios cuando nota mi mano descender lentamente por su vientre plano, porque ya sabe lo que haré, y ella me recibe, generosa y entusiasmada, y yo solo siento alborozo y enorme gratitud porque me permite tocarla donde nadie más lo hizo y nunca lo hará.

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora