Rojo amor

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Rojo amor

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Kuno entró en la habitación del hotel seguido por la chica. Vestía un traje elegante y una corbata que le hacía juego. Dejó el maletín encima de la mesa y se sirvió, primeramente, un vaso de whisky con mucho hielo. Mientras tanto, la chica dejó el pequeño bolso de piedritas brillantes a un lado y se acomodó en la amplia cama, cruzando las piernas y revelando el inicio de sus medias con encaje. Sonrió seductoramente.

—Desvístete para mí —ordenó Kuno con un gesto de la mano, casi sin mirarla.

—Sí.

—¿Qué más?

—Sí, Kuno-sempai.

La chica se quitó la blusa y la falda, dejando solo la ropa interior y las medias de seda, como a él le gustaba. Después se soltó el pelo y una melena de cabellos rojos cayó sobre su espalda. Se lo había teñido hacía poco, por los clientes que pagaban bien se hacían cosas como esas.

Se volteó y caminó lentamente hacia el hombre, adoptando un aire diferente, muy coqueto e inocente, también como sabía que a él le gustaba.

—Atiéndeme —ordenó Kuno.

La chica asintió, aunque él no la veía. Se acercó por la espalda y comenzó a quitarle lentamente el saco.

—Relájate, Kuno-sempai, estoy aquí para cuidar de ti —dijo con voz dulce y fingidamente aniñada.

Kuno dejó el vaso sobre la mesa y se dejó hacer. Ella le aflojó el nudo de la corbata y al final se la quitó, empujándolo delicadamente hasta una silla para que se sentara. Se puso detrás y le masajeó los hombros.

—Trabajas demasiado, Kuno-sempai. Estás muy tenso.

—Sí —dijo él.

—Por eso necesitas a tu diosa del cabello de fuego para que te relaje —murmuró la muchacha en su oído.

—Oh, sí, mi diosa del cabello de fuego —repitió él con los ojos cerrados, gozando de sus manos.

Después la chica pelirroja se movió sentándose en el suelo a sus pies. Le desabrochó los zapatos y se los quitó, también los calcetines. Mirándolo siempre a los ojos le sonrió con actuada inocencia. Luego se arrodilló para desabrocharle los pantalones, y Kuno se levantó para ayudar a que se los sacara. Los ojos de ambos se encontraron una vez más.

Kuno la levantó en brazos y la llevó a la cama.

—Eres una belleza —le dijo embelesado, pero aunque la miraba no la veía realmente, veía a alguien más.

Le llenó de besos las piernas mientras le quitaba las medias. Después, despacio, le sacó la ropa interior, como si ella fuera una virgen tímida y esa fuera la primera vez, aunque era un ritual que repetían cada semana.

Ella abrió las piernas recibiéndolo y él la penetró sin dilación, cerrando los ojos ante aquel goce. Mientras empujaba una y otra vez sobre ella le murmuraba cuánto la amaba. Y ella con palabras aprendidas de memoria también se lo decía, lanzando grititos aquí y allá de vez en cuando. Kuno enterró los dedos en su cabellera roja.

—Mi diosa, mi dulce doncella de cabello rojo.

—Oh, Kuno-sempai, nunca conocí a un hombre como tú —dijo la mujer, siempre con su vocecita de niña—. Oh, te amo tanto. Toma mi virginal cuerpo, es tuyo para siempre.

Kuno se movió algunas veces más y al final gruñó, entonces la muchacha fingió el orgasmo y lo alabó durante unos segundos más. Al final él se retiró y ella se movió a un lado. Comenzaron a vestirse en silencio.

Antes de irse, la chica pasó por la mesa, junto al vaso de whisky estaba el dinero, como ya suponía.

—Quiero verte de nuevo la próxima semana, sempai —dijo, como el libreto indicaba.

—Tatewaki Kuno siempre te complacerá, mi dama.

Las palabras de él también eran un libreto aprendido.

La chica abrió la puerta y salió.

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FIN

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Nota de autora: Uno de los posibles futuros que imagino para Kuno. Releyéndolo ahora, creo que me quedó un poco lúgubre, pero ¿qué se le va a hacer?

Mañana nos vemos con otra aventura más.

Romina

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora