El amante perfecto

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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El amante perfecto

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El sonido del helicóptero alertó a la tribu Joketsuzoku, mujeres y hombres comenzaron a levantar la cabeza, abandonando sus quehaceres, intrigados por el peculiar sonido que se acercaba cada vez más.

Las altas hierbas en medio de la aldea ondearon con el aire emitido por las aspas del aparato cuando comenzó a descender. Las matriarcas más ancianas se acercaron a observar lo que ocurría, sus largos cabellos despeinándose por la correntada. Entre ellas iba Cologne, siempre pegada a su báculo de madera, y muy cerca su bisnieta Shampoo.

Antes de que el aparato tocara el suelo, uno de sus ocupantes saltó a tierra, hizo una señal y el helicóptero comenzó el lento ascenso y después se perdió, dejando detrás la estela de su sonido.

Mousse se sacudió el polvo que podría haberse pegado a su ropa y sonrió mirando a la concurrencia. Vestía un pantalón, una camisa blanca y encima un chaleco bien abotonado. Sus zapatos de vestir brillaban. Tenía el cabello recogido en una coleta baja. Se acomodó los anteojos.

—Buenos días.

—¿Mousse? ¿Eres tú? —Cologne se adelantó para mirarlo mejor.

—Así es, anciana Cologne. Soy yo —replicó el muchacho haciendo una reverencia.

—¿Por qué venir? —exigió saber Shampoo.

—Buena pregunta, quisiste quedarte en Japón cuando regresamos a la aldea —comentó Cologne—. Creímos que nunca te volveríamos a ver.

Mousse sonrió de lado, logrando que un destello apareciera en sus dientes.

—Trabajé muy duro por casi cuatro años —respondió—. Comencé un pequeño negocio que ha prosperado—miró en derredor antes de agregar—. Ahora soy rico.

Varios murmullos se elevaron entre los habitantes de la aldea. Cologne y Shampoo compartieron una mirada.

—¿Así que rico? —dijo Cologne no muy impresionada.

—Muy rico —Mousse metió una mano en el bolsillo del pantalón, en la otra llevaba una carpeta con papeles—. Multimillonario, para ser exactos.

Cologne murmuró algo entre dientes y Shampoo frunció el ceño.

—¿Y ahora venir para refregar en la cara tu dinero? —preguntó la chica cruzándose de brazos.

—Por supuesto que no, nunca haría eso —Mousse abrió la carpeta que traía y sacó un papel, mostrándolo en alto para que todos pudieran verlo—. Solo vengo a reclamar mi derecho de propiedad. La aldea me pertenece, acabo de comprarle los terrenos al gobierno esta misma mañana.

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora