El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)

Consecuencias

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Consecuencias

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Con el correr de los días la casa Tendo se había transformado, llenándose de un silencio casi solemne que solo interrumpía el llanto quedo de Soun Tendo y las conversaciones en susurros entre los demás integrantes de la casa. Todos andaban casi de puntillas, para no perturbar al otro, se movían sigilosamente, pasando de una habitación a otra casi con vergüenza de estar allí, sobre todo si caminaban por el segundo piso. Compartían las comidas entre cortas preguntas que se repetían todos los días, y monosílabos que eran la única respuesta. Se respiraba en todo el lugar un aire de resignada tristeza dentro de la penumbra que era la casa.

Ranma bajó despacio la escalera, apoyando casi por costumbre los pies con cuidado de no hacer crujir la madera de los escalones. Al llegar al piso de abajo se encontró con Nabiki que, de brazos cruzados, se apoyaba en el marco de la puerta que daba a la cocina. Se miraron un momento. Ranma tenía una mirada seria sobre ella.

Al final, Nabiki bajó los ojos.

—La internaron en el Hospital Seiwa —dijo en voz baja—. Es un psiquiátrico. Kuno lo dispuso.

Ranma solo asintió. Nabiki se hizo a un lado para dejarlo pasar, no le quiso revelar la otra información que había conseguido, los rumores de que Kodachi había empleado los mismos métodos con su propia madre. Gracias a pasarle algún dinero a un viejo jardinero que había trabajado hacía muchísimo tiempo en la residencia de los Kuno, Nabiki pudo enterarse de ciertos detalles de familia, pero eran solo suposiciones, y demasiado escalofriantes para dárselas a Ranma en un momento así. Además, Nabiki temía que al saberlo rompiera el trato con Tatewaki Kuno y fuera a matar a Kodachi con sus propias manos.

Antes de que Ranma se metiera a la cocina, volvieron a mirarse a los ojos y Ranma hizo un gesto con la cabeza. Nabiki asintió y subió la escalera.

Al entrar en la cocina un tazón de sopa, otro de arroz, y una pieza de pescado asado con algunas verduras, esperaba a Ranma sobre la mesa. Kasumi, de espaldas a él, terminaba de lavar los platos de la cena.

—Gracias —le murmuró el muchacho y se puso a comer en silencio y rápido, para volver a subir.

—¿Sigue igual? —preguntó Kasumi girando hacia él y secándose las manos con un trapo de cocina.

—Igual.

—Confío en el doctor Tofú —dijo Kasumi, e hizo apenas un esbozo de sonrisa.

Después de algunos segundos, Ranma replicó:

—Yo también.

Había sido el doctor Tofú Ono el que sugirió que corrieran la noticia de que Akane sí había muerto envenenada, de esa manera Kodachi Kuno la dejaría en paz. Fue también el doctor el que sujetó a Ranma cuando, en un ataque de furia, el muchacho quiso salir corriendo para destrozar a Kodachi con sus propias manos.

—No vale la pena, Ranma —le había dicho, aplicando su fuerza para inmovilizarlo—. Akane no ha muerto, luchemos por salvarla; eso es mucho mejor que arruinar tu vida de esa manera. ¿Crees que así harías feliz a Akane?