Retribución

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Retribución

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—¡Nooooo! —fue el grito de Ranma que rompió la apacible mañana escolar. Los estudiantes que estaban alrededor contuvieron la respiración.

Mientras su mundo se resquebrajaba y sentía como si un terrible puñetazo lo hubiera dejado tumbado sobre un suelo helado, vio cómo el director Kuno ponía los brazos en jarras y, echando la cabeza hacia atrás, soltaba una risa que, a sus tiernos oídos, sonó maléfica.

Ranma cayó de rodillas, sin poder cerrar su boca que estaba abierta en un gesto de horror.

Oh, yes! Victory! —el director Kuno tuvo que usar ambas manos para mover la enorme tijera—.Y la próxima vez será peor —avisó—. En esta escuela no está permitido el cabello largo.

Una gota de sudor resbaló por el rostro de Ranma mientras su corazón se aceleraba. Ante él, flotando en el aire, volaban los dos pequeños pedacitos de cabello que el director Kuno había logrado cortarle de la punta de su trenza.

—Usted... ¡usted se atrevió a tocar mi cabello! —chilló el muchacho—. ¡Esto es la guerra!

Los estudiantes que los observaban sin moverse hicieron un gesto de asombro y a coro soltaron un gran «ooooooh».

—Soy el director, muchacho, no hay nada que puedas hacer contra mí —las gafas del director reflejaron la luz mientras sonreía. En ese momento sonó la campanada que anunciaba el comienzo de las clases y todos comenzaron a entrar lentamente en el instituto—. Vamos, my students, a clase, deben aprobar sus materias para poder ir un día a la universidad y no terminar vendiendo cocos en la playa.

Ranma gruñó temblando de rabia, pero Akane le dio un codazo para que se moviera.

—Vamos, Ranma, llegaremos tarde —le dijo.

—Akane, debo... ¡debo vengarme! —exclamó el chico con su orgullo herido.

—Por favor, Ranma, fue apenas un cabello —Akane puso los ojos en blanco.

—¡Tú no entiendes!, el cabello es muy importante para un hombre.

—Pero, ¿qué dices? —suspiró Akane.

—Me la pagará, ya verá ese director —murmuró Ranma para sí, con una mirada asesina.

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Tres días más tarde una hermosa pelirroja con grandes anteojos, vestida con el uniforme del Furinkan, entró a la oficina del director sin golpear, azotando la puerta contra la pared y mostrando una enorme sonrisa.

—Querido director Kuno —dijo melodiosamente mientras se detenía a su lado.

Aloha, my student —saludó el hombre sonriendo alegre.

—Mi querido director, usted trabaja tan duro por nuestra escuela todos los días, que quise recompensarlo —la pelirroja puso una caja de almuerzo ante él y pestañeó encantadora—. Le he preparado el almuerzo, acéptelo como una muestra de gratitud por su enorme esfuerzo.

What is this? —dijo asombrado el director—. Qué alegría que a los directores de escuela de Japón se nos reconozca nuestra labor. Por momentos como este es que decidí dedicarme en cuerpo y alma a la tarea de director, encausando y corrigiendo la mente de los pequeños revoltosos de nuestro país.

—Sí, sí —se impacientó la pelirroja—, coma de una vez lo que le traje... Por favor, querido director Kuno —agregó después con dulzura.

El director se envolvió una enorme servilleta alrededor del pescuezo y probó un inofensivo trozo de brócoli.

Quince minutos después llegó la ambulancia. Para ese momento, Ranma ya estaba como hombre, vestido con su ropa habitual, observando con regocijo cómo le practicaban los primeros auxilios al director encima de la camilla mientras lo subían a la ambulancia. Todos los alumnos y profesores habían salido de clase a observar lo que pasaba; los maestros cuchicheaban entre ellos mientras los adolescentes estaban contentos de perder tiempo de clase.

Mientras la ambulancia partía y todos volvían lentamente al interior de los salones, Ranma, con las manos en la cintura, reía malignamente, hasta hacer temblar su pecho.

—Jajaja... ¡JAJAJA! Lo logré, ¡nadie toca mi cabello y sale ileso! —exclamó a los cielos.

Akane, despacio, se acercó con timidez a él.

—Ranma... —vaciló mirando el suelo y se alisó al falda de su uniforme—, ¿qué tal estaba el obentō que me pediste que te hiciera hoy?

Los ojos de Akane brillaron y sus mejillas se colorearon esperando la respuesta.

—Delicioso —respondió Ranma pronunciando con cuidado cada letra, levantó un puño al aire—. ¡Fue el mejor almuerzo de toda mi vida!

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FIN

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Nota de autora: Simplemente una idea que pasé al papel XD (¿o será a la pantalla?). Cuando escribía me entró la duda de si la palabra era «obentō» o «bentō»; según parece, la palabra «obentō» es simplemente una manera más formal de llamarlo, o eso dicen algunos. La respuesta no me dejó muy satisfecha, si ustedes saben, me dicen. Después de todo, google no es tan útil como se pensaría.

Gracias a todos por leer. Recuerden que seguimos reuniendo el OST de El año de la felicidad, pueden hacer sugerencias por aquí o por Facebook en Fantasy Fiction Estudios. ¿Ya escucharon la primera parte del OST, Otoño?

Nos vemos mañana.

Romina

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora