Corazón encubierto

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Corazón encubierto

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Era de noche y Ranma Saotome corría a toda velocidad bajo la lluvia, de vez en cuando volteaba la cabeza para saber si aún lo seguían. Su cabello trenzado flameaba en el aire, agitado mientras él saltaba muros, trepaba a los techos de las casas, andando sigiloso moviéndose entre las sombras, escapando. Se apretaba la herida en el costado, todavía pensando quién le había tendido la trampa, quién había hecho correr el rumor de que él era el policía encubierto, cómo los hombres de Kuno se habían enterado. Más aún, por qué habían creído a pie juntillas un rumor como aquel, atacándolo de inmediato, quien había dado la información debía ser alguien de fiar para que le creyeran sin chistar.

Ranma saltó a la calle, pisando un charco. Después de algunos minutos la lluvia había amainado, convirtiéndose solo en una llovizna molesta y persistente. Su cabello y su ropa estaban completamente empapados, los mechones húmedos se le pegaban a la frente y se le metían frente a los ojos, dificultándole la visión. Se detuvo un momento, tocándose el costado y mirándose la mano, que encontró manchada de sangre.

—Maldición —murmuró y continuó corriendo, pensando a toda velocidad.

No podía volver con Kuno y hacerle creer que todo era una mentira, ahora todos ya estarían sobre aviso y nadie le creería. Tampoco podía volver con su contacto en la policía, era peligroso descubrir a toda la organización y a sus otros compañeros encubiertos. Debía alejarse lo más posible de la zona que manejaba Tatewaki, esconderse un par de días quizá, y luego, si tenía suerte, poder encontrar al soplón que había puesto en peligro más de dos años de laboriosa operación secreta.

Era descabellado, pero ¿qué otra cosa podía hacer? De lo contrario debería abandonar Tokio, quizá incluso Japón, pues Kuno era un poderoso narcotraficante, que estaba hermanado con los yakuzas de otras zonas de Japón, y ahora redoblarían las medidas de seguridad pues alguien se había colado. Era probable que continuaran buscándolo durante algún tiempo, para acabar con él, pero antes de matarlo, claro, lo torturarían para que dijera el nombre de todos los demás implicados. Si alguien se había infiltrado en la familia de Kuno, podían haber otros dentro de las más altas esferas yakuzas; daba lo mismo que Ranma en realidad no supiera nombres, y apenas tuviera conocimiento de las ciudades donde estaban trabajando sus compañeros, lo azotarían, le arrancarían las uñas para que confesara y luego lo matarían lentamente.

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora