Una vida mejor

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Una vida mejor

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Nodoka dejó sobre la mesa la taza del té que estaba compartiendo con Kasumi mientras charlaban tranquilamente. Observó a Ranma y Akane entrar por la cocina, lanzándose pullas y peleando de esa manera que tenían ellos que era casi una muestra de amor. Akane le terminó sacando la lengua a su prometido y él bufó. Lo siguiente de su conversación fue en el tono normal de siempre, se sirvieron un poco de agua y volvieron a salir por la parte de atrás hacia el dojo.

Nodoka sonrió.

—¡Ah! Cómo crecen —comentó.

—Es verdad, tía —asintió Kasumi, que no levantó la vista de su costura—. Dentro de poco celebraremos la boda, pero ellos siguen siendo un par de chiquillos.

—Recuerdo el día en que llegué aquí, mi Ranma era tan pequeño —recordó Nodoka—. Nos recibieron tan bien, tu padre fue muy agradable con nosotros. Realmente... realmente estaba muy asustada, Kasumi. Imagínate, viuda, con un niño pequeño, ¿qué podría haber hecho? Además, no quería que creciera lejos de las artes marciales, mi Genma no hubiera podido soportar eso. Ranma debía heredar las enseñanzas de su padre.

—Ranma ha crecido para convertirse en un gran muchacho, tía, usted lo ha criado muy bien —Kasumi levantó la cabeza para sonreírle.

—Oh, no, querida. No merezco ese halago —respondió Nodoka inclinándose un poco y bajando los ojos, un tanto sonrojada.

Recordaba aquella época tan dura cuando su esposo falleció. De pronto se encontró sola, desamparada, un tanto agobiada por lo que había ocurrido; pero había cosas que le quedaban muy frescas de la conversación que había tenido con Genma antes de que este muriera: el nombre de Soun Tendo y su dojo.

No dudó ni un momento en recurrir a él por ayuda y para que tomara a su cargo a Ranma como alumno. ¡Si tan solo Genma la hubiera escuchado!, o si tan solo ella no fuera tan impulsiva, ahora podría tenerlo con ella todavía, serían un matrimonio feliz. ¡Él hasta podría estar ahí mismo disfrutando de un té!

Ah, los hombres eran tan necios. Y tozudos. Y muchas veces totalmente idiotas. Nodoka creía haberse esforzado en que su hijo Ranma no fuera tan idiota al menos.

Genma tenía sus propias ideas, pero lo malo no era eso, lo malo era que no daba su brazo a torcer. Al casarse con un artista marcial, Nodoka comprendía que los hijos que tuvieran seguirían el camino de su padre y también practicarían el Arte. Ella misma venía de una familia de samuráis muy antigua y sabía que era su deber heredarle a su descendencia los saberes y reliquias de su clan, por muy escasos que fueran.

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora