El rey demonio

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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El rey demonio

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Desde el castillo negro que estaba en Jusenkyo, lugar también conocido como la poza maldita, el gran rey demonio gobernaba con mano de hierro todas sus vastas tierras, que se extendían hasta el reino de Nipón, y aún allende los mares.

El trono oscuro emanaba maldad, el espaldar era tan alto y exagerado como el ego del rey demonio. En el asiento de pulida piedra azabache, el rey demonio aguardaba, su largo cabello, negro como el ala de un cuervo, caía por su espalda formando una larga trenza, tenía las piernas cruzadas y el cuerpo inclinado, con el codo apoyado en el brazo del trono y la mano en la mejilla. Elegante, silencioso y muy aburrido.

Mousse, señor de los hombres-topo, primer ministro del reino de la maldad, terminada de leer el informe diario ante su majestad:

—... y el reino de Joketsuzoku ha enviado una propuesta de paz, acordando el pago anual de mil monedas de oro por habitante, cien vírgenes y un panda —Mousse esperó, el rey hizo un gesto desganado con la mano, y continuó—. También ofrecen la mano de la princesa guerrera Shampoo en matrimonio a su egocentrísima excelencia.

—¿Y? ¿Eso es todo? —El rey demonio dejó caer el brazo, hastiado.

El general de las fuerzas de asalto, Ryoga el rompe-rocas, señor de los orcos, respingó su nariz de cerdo.

—El harem sigue creciendo, a lo menos su pervertidísima excelencia debería sentirse satisfecho...

El rey demonio le dedicó una sombría mirada a su general, que hizo que le temblara la voz, porque para él el famoso harem no era más que un gasto que aumentaba año tras año, solamente para mantener a la prisioneras políticas de los distintos reinos sometidos. El rey demonio jamás había tenido el más mínimo interés de meterse con esas princesas, a diferencia de su, literalmente, cerdo general. Entonces lo dejó y volvió su atención a lo más divertido que había allí: la ventana.

—La princesa Shampoo de Joketsuzoku es una belleza entre todas las mujeres —dijo Mousse ajustándose los anteojos, sus bigotes de topo se balancearon a los lados de su nariz negra, en un gesto de ansiedad—, es talentosa en distintos artes de la seducción, una gran estratega y también una talentosa guerrera. No todos los días se encuentra una mujer con tales cualidades, su egocentrísima excelencia. Quizás sea una buena candidata para ser su consorte.

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora