El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)

El rey demonio (parte 5)

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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El rey demonio

(parte 5)

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—Papá, no puedes hacer eso —dijo Akane.

—¡No pienso casarme! —exclamó Ranma—. Esta es mi última palabra.

—¡Yo tampoco! No pienso casarme con un pervertido —acotó Akane cruzándose de brazos.

—¿Pervertido, yo? Fuiste tú la que se metió al baño y me miró de arriba abajo.

—¡Eso es porque saliste del agua como si nada! Al menos tendrías que haber tenido la decencia de cubrirte.

—¡No tengo por qué cubrirme! ¡Yo soy el gran...! —Ranma se detuvo y soltó un juramento.

—¿Qué? ¿Qué eres? —inquirió Akane—. ¿Porque eres un gran espadachín y me salvaste la vida crees que tienes más derechos que el resto?

—Creo que esto no está yendo muy bien —le comentó Kasumi a su padre.

—Ya sabes cómo es Akane, necesita desahogarse —intervino Nabiki—, luego volverá a ser la misma de siempre.

—Creo que se están llevando de maravilla —comentó Soun Tendo forzando una risa nerviosa, con la sonrisa pegada al rostro como una máscara—. Fue una buena idea, ¿verdad, Nabiki?

—Claro que sí, ya lo verás.

—¿Por qué no nos dijiste de inmediato que eras en realidad un hombre, Ranma? —preguntó Kasumi con una tierna sonrisa.

El aludido, que estaba intercambiando miradas disgustadas con Akane, se volvió hacia ella.

—Yo... es que en realidad no pensaba quedarme —dijo con brusquedad—. Todo ha sido un malentendido.

Akane lo miró de reojo mientras hablaba.

—Tenías las mejores intenciones, ¿verdad? —continuó Kasumi sonriéndole con su rostro de ángel.

—Yo solo... —el rey demonio se quedó mirándola, a punto de caer en su hechizo, pero sacudió la cabeza—. No puedo casarme, tengo deberes que cumplir.

—¿Acaso tienes novia, o una prometida? —inquirió Nabiki.

Ranma hizo un gesto de pavor, si fuera por su madre, sí, tendría ya prometida, o estaría casado, ella nunca había visto con buenos ojos que rechazara a todas las mujeres que le ofrecían para su harén.