Oportunidad

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Oportunidad

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—¡McGray, responde!... McGray... Irvin.

Anastasia Belova perdió la voz, con los ojos fijos en la ventanilla, apenas distinguiendo el pequeño resplandor blanco contra la superficie de la Tierra. Suplicó una vez más, perdiendo el duro semblante que la caracterizaba, con los ojos humedecidos y los labios temblorosos.

Poshu Tebya, Irvin... respóndeme...

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Ranma escuchaba las llamadas desesperadas de Belova, todavía paralizado por el miedo que acababa de vivir y sin saber qué hacer a continuación, colgando del cable que lo unía a la estación espacial como si fuera un cordón umbilical que lo mantenía unido a la vida. Su mente, tranquila por la paz de saberse a salvo, comenzó a trabajar otra vez, recordando paso a paso lo sucedido. Comprendió que la explosión debía haber cortado la cuerda de McGray, disparándolo en dirección opuesta a él, directo hacia la atmósfera. Pronto su compañero ardería en llamas.

¿Estaría vivo o muerto? ¿No respondía porque estaba inconsciente, o su radio estaría descompuesta?

Miró la horrible grieta de su casco, pero no escuchaba que se siguiera rompiendo, así que supuso que estaría bien. Revisó los niveles de oxígeno del traje, todo estaba en orden. Entonces recordó que contaba con su unidad SAFER, su mochila propulsora, que podría haber utilizado durante la emergencia y se maldijo por imbécil. Pero luego dudó, pensando si la poca cantidad de nitrógeno que tenía podría haber hecho algo por él, pues solo estaba diseñado para volver a la estación espacial si el cable se cortaba y quedaba a la deriva, no para luchar contra la fuerza de empuje de una gran explosión. Eso lo hizo pensar en McGray, ¿por qué no trataba de usar su SAFER para regresar?...

Muerto o inconsciente, una de dos. Su amigo ya estaba perdido, nadie podía salvarlo.

Rogó, en un momento de desesperación, que Irvin ya estuviera muerto, para que no sufriera el destino tan cruel de quemarse vivo en la entrada a la atmósfera, y...

—¡Qué demonios estoy pensando! —se dijo de pronto como despertando de un sueño.

Ranma apretó los dientes, no podía ser que abandonara así a su compañero; se avergonzó de sus pensamientos. Él no podía dejarlo morir, si lo hacía jamás podría volver a mirar a Akane y a Ranko a los ojos.

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora