Deuda de sangre (final)

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Deuda de sangre

(parte 3 – final)

[continuación del capítulo 41 de esta colección]

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Desde el piso veinticuatro del edificio, Tofú tenía una privilegiada vista del famoso cruce de Shibuya. Veía a la gente corriendo de un lado al otro, como hormigas laboriosas. De fondo, la música de Verdi llenaba todos los espacios, incluso sus pensamientos. Se escucharon tres golpes en la puerta.

—Adelante —Tofú alzó la voz para ser escuchado por sobre la música, sin dejar de mirar por la ventana. Ya sabía quién era el que llamaba.

—Lo encontramos —dijo Hashimoto al entrar.

—¿Y el nombre, Hashi?

El ayudante pasó el peso del cuerpo de un pie al otro, sin querer responder. Al no oír la respuesta, Tofú se volteó.

—¿Qué sucede?

—Esto no le va a gustar, jefe —dijo al final Hashimoto—. Según nuestra fuente... el asesino es Miyazaki.

—¿El mismo Miyazaki que todos conocemos? —habló Tofú con la esperanza de equivocarse, pero Hashimoto asintió con gravedad.

—La mano derecha de nuestro kumicho —aclaró Hashimoto.

Tofú bajó los ojos, acusando ese golpe, suponía que la muerte de Betty tenía alguna conexión con su propio clan, era posible que uno de los otros jefes pudiera haber tenido celos de él, pero nunca imaginó que la traición vendría de tan cerca.

Anduvo unos pasos y se dejó caer en el sillón. Apagó la música.

—Muy bien, entonces —dijo despacio—. Ahora debemos entender el por qué. Miyazaki es hábil, pero leal y poco inteligente, jamás haría nada por su cuenta.

—Como un perro —agregó Hashimoto.

Tofú asintió, sentía que el dolor que había arrastrado en los últimos años aumentaba cada día, con cada nuevo descubrimiento. Mientras más tranquilo estaba su semblante, más tormentosa era su alma.

—Si él fue el autor... solo podría haber sido por una orden directa del kumicho Mori, y en ese caso... ¿por qué? ¿Cuál podría haber sido su motivo? ¿Quitarme del medio? Le bastaba darme una orden y lo hubiera complacido, o tan solo ordenar mi ejecución y... habría entregado mi vida con honor. Yo le debía mucho, le debía todo. No puedo comprenderlo, no tiene sentido, ¿por qué Betty?

Tofú se ajustó los anteojos y dejó la mano sobre su rostro un largo momento. Hashimoto se aclaró la garganta:

—Hay algunos otros rumores, jefe, y tampoco le gustarán, pero debo decírselos. Betty era una niña exquisita, alegre, vivaz; todos los que la conocimos quedamos prendados de su belleza y su simpatía, la apreciábamos...

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora