Corazón encubierto (epílogo)

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Ranma dudó un instante torciendo la boca en un gesto infantil.

—Akane... ¿estás realmente segura? —le preguntó observándola por el espejo del baño.

Estaban los dos en el lavabo, él de pie detrás de ella, que le sostenía la mirada con decisión a través del reflejo.

—Sí, Ranma, hazlo de una vez.

—Pero... en realidad no es necesario —siguió diciendo él.

—Lo es para mí —replicó Akane—. Vamos a comenzar una nueva vida, ¿verdad? Entonces necesito un cambio radical en mí, igual que el que haré en mi vida.

—Muy bien, si tanto lo quieres —accedió Ranma.

Tomó aire y deslizó uno de los sedosos mechones azabaches de ella por su mano, acariciándolo; luego volvió a tomarlo, acercando más la mano a la cabeza. Levantó en alto las tijeras y las acercó al cabello, comenzó a cerrarlas.

—¡Espera! —lo detuvo Akane.

—¿Qué cosa?

—Que sea más corto —pidió Akane—, unos centímetros más arriba.

Ranma soltó el aire despacio y subió más las tijeras, cortando de un movimiento el mechón un poco por debajo de la oreja. El cabello cayó al piso del lavabo y Akane sonrió. Ranma continuó cortando con parsimonia los demás mechones, dejando el cabello de Akane corto a la altura de la nuca.

—Creí que para todas las mujeres era muy importante tener el cabello largo —comentó Ranma, mientras trataba con sumo cuidado el sedoso cabello de la muchacha. No era experto, pero intentaba hacer el mejor trabajo posible.

—Bueno... tal vez yo no soy como todas las mujeres —replicó Akane sonrojándose un poco.

Ranma detuvo su tarea un momento para mirarla de nuevo por el reflejo en el espejo.

—Es verdad —dijo, y apartó la mirada para seguir cortándole el cabello, pero Akane creyó ver en él también un sonrojo que le pareció muy tierno y la hizo sonreír.

—Cuando era apenas una niña usaba el cabello así de corto y todos me decían que se me veía bien —comentó—. ¿Tú qué crees?

Ranma había terminado de cortar la mayor parte del cabello, solo le quedaban los detalles para suavizar el corte y que no se advirtiera su poca habilidad. De nuevo la miró, sonriendo ante el espejo, apreciando también sus hombros desnudos a través de la camiseta mostrando su blanca y suave piel. Y lo más importante, sus grandes ojos cafés que cada vez que lo miraban parecían leer dentro de él, quemándole el corazón y el cuerpo entero.

—Te ves... hermosa —confesó él.

Akane sonrió complacida.

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El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora