El rey demonio (parte 7)

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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El rey demonio

(parte 7)

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—¡No! —gritó Akane desesperada, corriendo hacia el borde de la muralla.

Pero era inútil, el puente de la torre de asedio cayó sobre los muros, abriendo una brecha en la ahora indefensa Nerima. Una marea de músculos, hachas, colmillos y maldiciones avanzó sobre el puente y se derramó sobre la muralla, chocando con la línea de defensores. Los soldados apenas eran capaces de contener a tantos orcos, pero no podían hacer nada más que aguantar allí, porque si cedían, los enemigos lograrían tomar el resto de la muralla, y al final todo el reino.

—¡Yuka! ¡Sayuri! —llamó Akane colgándose el hacha a la espalda y desenvainando su espada. Las escuderas ya acudían a detener a los orcos, amputando brazos y piernas sin piedad. Sayuri arremetía con su lanza, clavándola en lo profundo de la masa de músculos que eran los orcos, la sangre negra salpicaba a soldados y enemigos por igual.

Los arqueros continuaban lanzando flechas, intentando impedir que la segunda torre también lograra su objetivo.

—¡Atento, capitán Kuno! —vociferó Akane.

—¡Que no se apaguen las antorchas! —ordenó Nabiki, que retrocedió para refugiarse en la almena junto a su hermana.

Akane luchaba contra los orcos en medio de los soldados, usando su larga espada con las dos manos, aplicando la mayor fuerza que poseía; los mechones de su cabello se iban soltando. Recibió el corte de un hacha cerca del hombro, pero de inmediato Yuka se interpuso metiéndole la espada en la garganta al demonio.

Uno de los orcos había logrado traspasar la resistencia y corrió por el adarve, destrozando a los soldados que se interponían con su espada. Tatewaki Kuno se irguió desenfundado su propia espada, las llamas danzaron en las antorchas cuando se enfrentó al enemigo. Los aceros chocaron y el orco usó su escudo para irse contra él e intentar tirarlo por el borde de la muralla; entonces Kuno flexionó una pierna y dejó que el orco se fuera hacia adelante con el impulso, clavándole luego la punta de la espada entre los omóplatos.

Finalmente se sacudió el flequillo para volverlo a su lugar.

Nabiki reapareció de nuevo saliendo de la almena y lo miró, después chasqueó la lengua.

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora