Secretos

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Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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Secretos

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—¿Prometido? —dijeron las tres hermanas Tendo al mismo tiempo.

Kasumi, la mayor, y Nabiki, la del medio, intercambiaron una mirada sin comprender nada de lo que ocurría.

—¡¿Cómo que prometido?! —siguió diciendo Akane, la hermana menor, recargando las manos sobre la pequeña mesa de la sala para dar más énfasis a sus palabras.

El padre, Soun Tendo, impasible con los brazos cruzados y los ojos cerrados, no dijo nada y se limitó a asentir.

—¿Qué es todo esto del prometido, papá? Por favor, explícate —pidió Kasumi.

—Tengo un viejo amigo que quizá ustedes hayan escuchado nombrar, Genma Saotome...

—Nunca oímos ese nombre.

—¡No lo conocemos, papá!

—¿Cuál amigo? Nunca hablaste de él.

—... y hace muchos años acordamos que uniríamos a nuestras familias al casar a nuestros hijos —siguió explicando Soun Tendo como si nadie lo hubiera interrumpido—. Ha llegado el momento de honrar esa promesa.

Sus hijas intercambiaron miradas de desconcierto.

—¿Cómo es que nos comprometes sin consultarnos, papá? —preguntó Nabiki, más sorprendida que molesta.

El padre miró a sus hijas una a una, su bigote vibró cuando selló sus labios sin decir nada. La suerte le estaba sonriendo por fin luego de años de innumerables sacrificios en donde no solo su propio honor se vio mancillado, sino también el de sus hijas mayores. Genma Saotome era un gran amigo de su primera juventud, pero no lo veía desde hacía muchísimos años, sin embargo, hacía apenas tres semanas le había enviado una carta muy breve pidiendo su ayuda debido a ciertos problemas personales de los que no había querido dar detalles, pero necesitaba un lugar para quedarse en Japón. Soun Tendo no estaba en condiciones de recibir huéspedes, pero al saber que el hijo de Genma era un importante artista marcial con un gran futuro, y al poseer Soun un dojo en decadencia, vio la oportunidad llamando a su puerta. Decidió alojar a su amigo y su hijo con una muy pequeña condición, que Genma aceptó al instante.

Pero eso no era algo que les confesaría a sus hijas.

—Ellos llegarán hoy —avisó Soun sin más.

—¿Cómo? —dijo Kasumi.

—¡Pero, papá...! —exclamó Akane.

—¿Hoy? ¿Tan pronto? —Nabiki lo miró sin poder creérselo.

El año de la felicidad parte 1 (capítulos 1 al 200)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora