Despertar siendo bonita y malvada.

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Sándalo. Su nariz se retorció de un lado a otro ante la estimulación de tanto maldito olor a sándalo. ¿Pero por qué? Era alérgica a los aromatizantes ambientales, ¿a quién se le ocurriría encender uno en su cuarto? ¿¡Y mientras dormía!? 

Aún con los ojos cerrados, dio manotazos en el aire tratando de disipar el incesante aroma a sándalo. Algo se sintió extraño: aquel brazo que intentaba torpemente disipar el humo en el aire se sentía algo..., ¿distinto? ¿Ligero? Ante la sorpresa, decidió mover una pierna. De nuevo sentía esa extraña languidez. Además, ¿por qué su pierna de pronto parecía ser tan larga?

Ajena. Se sentía ajena. Para colmo, por razones que su todavía adormilado cerebro desconocía, era incapaz de abrir los ojos. ¿Estaría pasando por una parálisis del sueño? Nunca en sus diecisiete años de vida había sufrido una, ¿por qué justo tenía que padecerla ahora?

—¡Con un demonio, ya deja de moverte! ¿Acaso enloqueciste? — una voz masculina masculló justo al lado de su oído izquierdo. 

Se le heló la sangre. No, no, no, no, no, ¿qué era esto? ¿De dónde había salido esa voz? ¿POR QUÉ HABÍA UN HOMBRE ACOSTADO EN SU CAMA? ¡Y no solo eso! ¡También la estaba insultando! Por favor, si ella tenía la misma vida social que una roca, ¿¡cómo podría haber terminado en la cama de un hombre extraño y maleducado!? La secuestraron. ¡No podía haber otra explicación! Ahora era captiva de vaya a saber qué clase de degenerado. Estaba teniendo una parálisis del sueño en la cama de un secuestrador degenerado. ¿Acaso él había...?

Como pudo, se tocó el pecho. No llevaba puesto sostén, sino lo que parecía ser una túnica de seda. Al menos no estaba desnuda, eso significaba que, por suerte, nada habían hecho. ¿Pero eso no quitaba que no tenía IDEA de lo que estaba ocurriendo? ¿De por qué sus extremidades se sentían tan ajenas? ¿Por qué estaba acostada en la cama de vaya a saber qué clase de persona? 

Permaneció plasmada en la cama, todavía sin poder abrir los ojos, escuchando aterrorizada cómo el hombre a su lado respiraba pesadamente. Se había dormido. Si se ponía a pensarlo con más detenimiento, que su secuestrador se acostase a su lado sin atarla y durmiera con tanta naturalidad sonaba descabellado. Uno pensaría que, al menos, se aseguraría de que su víctima no contase con las herramientas para emprender su huida, pero ella había estado dando manotazos y patadas sin mayores dificultades más allá de ese atormentante sentimiento de ligereza, ¿sería que quizá la había drogado...?

Cuando por fin fue capaz de abrir los ojos, fue la oscuridad lo que le dio la bienvenida. Era de noche. Una vez afinada su vista, se percató  con horror de que aquella habitación en nada se parecía a la suya, es más, ni siquiera parecía algo que hallaría en su país y época actuales. Todo era tan..., ¿oriental? Casi como si hubiese decidido tomar una siesta en el set de filmación de un drama chino. Lo único que diferenciaba a esta habitación de un set de filmación era que esta se sentía real. Demasiado real. Además, quienquiera que estuviera a su lado tampoco parecía ser un actor, a menos que su papel implicara dormirse y roncar de una forma demasiado natural. 

Sin siquiera pensarlo dos veces, y sin preocuparse de si sus movimientos despertaban o no a su potencial secuestrador, dio un salto fuera de la cama en un desesperado intento por escapar de aquella —demasiado real— pesadilla. No fue sino hasta que vio sus pies que se dio cuenta de que su ubicación espacio-temporal no era lo único que estaba mal, sino que su cuerpo también lo estaba. Esos no eran sus pies, ¡por el amor de dios, no lo eran! ¡Y tampoco eran sus manos! ¡Y tampoco era su pecho (pero vaya que había mejorado)! ¡Y tampoco era su pelo! ¡No, no, no! ¡¡¡Esa no era ella!!! Pero entonces, ¿qui-?

El hombre que hasta hacía unos pocos segundos se encontraba roncando, abrió los ojos.

—Jiao jiao, vuelve a la cama~ —si bien su voz sonaba apacible y calma, su rostro demostraba todo lo contrario.¿Quién era Jiao Jiao? ¿Le estaba hablando a ella? —, ¿qué te pasa? ¿Acaso le tienes miedo a tu a-Chao? 

Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora