Ninguna boda y un funeral (segunda parte).

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Jiang Cheng tuvo un día, no, una semana simplemente agotadora. Los preparativos del funeral de su padre le habían dado una probada de la dura realidad, y de todo el arduo trabajo del que debería hacerse cargo de ahora en adelante, justo desde el momento en el cual comenzara a ejercer su papel como el nuevo líder de Yunmeng Jiang.

Y no solo eso. Si de por sí el lidiar con cualquier asunto oficial referente a su secta ya le resultaba aterrador y sofocante, también debía agregarle el soportar —porque no había otro término para adjudicarle más que el soportar— a su madre mandoneándolo de arriba abajo. Desde cuál debía ser la posición de sus brazos, hasta cómo debía mirar a sus interlocutores, o cuánto debía esconder sus verdaderas emociones frente a cualquier cultivador ajeno a su familia. De ahora en adelante, él sería un líder de secta hecho y derecho, y por lo tanto, debía actuar como tal. Dar el brazo a torcer, demostrar debilidad, indecisión o vulnerabilidad no lograrían nada más que sellar el destino de su secta y llevarlos a perder más cara de la que ya habían perdido gracias a la batalla con Qishan Wen. El Jiang Cheng moderadamente despreocupado que alguna vez fue acababa de ser enterrado junto a su querido padre. De ahora en adelante, era el líder de secta de Yunmeng Jiang, por lo que sus sentimientos debían pasar a un segundo plano.

El problema era que, por razones lo suficientemente obvias como para omitir, Jiang Cheng todavía no estaba acostumbrado a la vida como líder. Al contrario, para él se trataba sino de un supuesto lejano, el cual no quería llegar nunca. Hasta que lo hizo. Hasta que Wen Chao le dio muerte a su padre, y de la noche a la mañana debía tomar el mando incluso cuando, hasta el momento, solo hubo sido un simple testigo.

Esas dificultades propias de la inexperiencia fueron las que tornaron la mañana del sepelio en uno de los peores momentos de su vida.

Para colmo, Wei Ying no estaba ayudando.

Wuxian era un hombre por demás complicado, incluso cuando por fuera no se comportaba más que como un joven alegre y despreocupado. Ante una situación crítica como lo había sido la pérdida de su núcleo dorado, Jiang Cheng no estaba seguro de cuál sería la reacción de su hermano. Imposible era creer que el ser despojado de su núcleo no resultaría en una pérdida total de la identidad de Wei Ying, y sin embargo, desde el mismo momento en el que despertó dos días después de terminada la batalla, comenzó a comportarse como si nada hubiera pasado. Incluso ante la dulce voz de Jiang Yanli recordándole que no estaba solo, Wei Wuxian no quería demostrar cuáles eran sus verdaderos pensamientos. Nada ocurría, decía, y luego cambiaba de tema.

Jiang Cheng se sentía culpable. Si él no hubiese sido tan débil, si no hubiese sido tan incapaz, entonces Wei Ying aún conservaría su núcleo dorado. Si no hubiese sucumbido ante el ataque de Wen Zhuliu —cosa que, estaba seguro, debió haber sido capaz de sobrellevar por cuenta propia—, si no hubiese necesitado de la ayuda de Wei Ying, entonces nada de todo esto estaría ocurriendo. Él habría matado a Zhuliu con solo empuñar a zidian, y toda la secta recordaría su hazaña con orgullo. Pero las cosas no ocurrieron como él había soñado, y ahora lo único que tenía era un padre muerto, un hermano deprimido, y un orgullo herido.

—Wei Wuxian—una vez finalizada la etapa de ofrendas, y mientras el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, Jiang Cheng decidió que lo único que podía hacer para matar el tiempo era subirle los ánimos a Wei Ying. Así actuaban los hermanos, ¿cierto?—. Por fin puedo decir que tenemos todo bajo control.

Wei Ying asintió con la cabeza, sin prestarle verdadera atención al significado detrás de las palabras de su hermano. Estaba intentando sacar conversación, ¿cierto? ¿Cuál era su objetivo?

—Ah, sí—respondió Wei Ying. Acto seguido, rodeó el cuello de Jiang Cheng con uno de sus brazos y lo acercó a él en un medio abrazo, palmeándole el pecho con su mano libre—. ¿Cómo te sientes, líder Jiang?

Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora