Asuntos pendientes.

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Wang Lingjiao estaba en medio de una encrucijada.

Por un lado se encontraba esa horripilantemente ominosa carta de Nie Huaisang, la cual por supuesto no se adentraba en detalles por miedo a ser interceptada por el ojo de cualquier mirón de paso. El problema radicaba en que, gracias a su naturaleza vaga, no existía forma humana por la cual Lingjiao pudiese comprender o siquiera llegar a imaginar qué de todo lo que los incumbía estaba mal. ¿Quizá Jin Guangyao dio con el paradero de Sisi y Mo Xuanyu? ¿Quizá los había asesinado? ¿Secuestrado? ¿Tendido una trampa para vincularlos con la desaparición de sus víctimas? Pero el Nie Huaisang original nunca tuvo esa clase de problemas incluso si sus métodos de acción fueron poco claros, ¿por qué ellos tendrían que fallar? Los contactos de Huaisang —los cuales, de paso, ella no tenía ni idea acerca de sus identidades— fueron útiles y fieles desde su primera misión asignada, ¿es que recién ahora tendría que comenzar a desconfiar?

...O quizá había ocurrido algo con Nie Mingjue, ¿podría caber esa posibilidad? El hombre continuaba cultivando con ese maldito sable familiar, y por mucho que Huaisang insistiera en su deseo por ponerle un fin a esa tradición tan inútil y dañina, Mingjue nunca cedería. Su orgullo y su linaje eran más fuertes que su deseo de supervivencia, por lo que su única opción era agachar la cabeza y resignarse a tocar canción de la claridad para él hasta que sea demasiado tarde. ¿Podría haber ocurrido que, al final, su plan de contingencia había caducado y el hombre terminó por sufrir su infame desviación de qi? El Jin Guangyao original solamente la había acelerado, después de todo. Su final sería el mismo estuviese él o no involucrado.

Pero... no, de haber muerto Mingjue entonces Jiang Cheng ya debería estar al tanto, por lo que el problema referido en la misiva debía sin duda ser otro. Y si no se trataba de Chifeng-zun y su tradición asesina, entonces definitivamente tenía que ver con Jin Guangyao o Mo Xuanyu. ¿Qué debía hacer, pues? ¿Responder su carta pidiendo alguna clase de información extra? ¿Tomar a su caballo y marcharse cuanto antes?

Allí se gestaba la otra mitad de su encrucijada: no podía simplemente abandonar el Embarcadero de Loto sólo porque sí. En primer lugar, porque no tenía en realidad una excusa plausible por la cual tuviera que viajar más de doscientos kilómetros en dirección norte a tan pocos meses de haber regresado. En segundo lugar, porque Jiang Cheng la quería a su lado.

El hombre en cuestión tenía la sensibilidad a flor de piel desde que regresó de su pequeño viaje a las afueras de Qinghe, y tan pronto como retomó su rutina laboral, ocupó sus ratos libres en desviar recursos para la reforma del Salón Ancestral. Un par de semanas le tomaría terminar su caprichosa remodelación y colocar, ahora sí, las ofrendas que hubo recolectado para Wei Wuxian. Esta nueva etapa de transición requería no sólo que Lingjiao estuviera allí para trabajar, sino también para acompañarlo. ¿Cómo dejarlo en un momento así? Los dos sabían que tarde o temprano Madam Yu se enteraría y pondría el grito en el cielo al enterarse que un sirviente como Wei Wuxian ocuparía un espacio muy cerca a la tumba de su difunto marido, ¿de verdad podía dejar que Wanyin se enfrentara solo a eso? Sí, sí era cierto que él podía, él era lo suficientemente fuerte para confrontar en soledad a su madre tal y como lo hubo hecho mientras estaban peleados..., pero de todas formas no quería dejarlo. Pasaron cuatro años lejos, ¿tan egoísta era por desear apoyarlo ahora que nuevamente tenía la potestad de hacerlo?

Además por supuesto que ella también quería pedirle perdón a Wei Ying por haber oficiado de mala amiga. Perderse de la oportunidad de inaugurar su placa en el templo de la familia Jiang sería otra ofensa más para la lista, siendo que tantos errores cometió durante sus primeros años de estadía en Mo Dao Zu Shi. Podría decirse que su conteo de desgracias se había balanceado bastante en los últimos tiempos, pues la mayoría de sus planes resultaron exitosos tanto en el corto como en el largo plazo. ¿Ausentarse en el tributo de Wei Ying no significaría regresar ese conteo a cero? Ella quería ser parte de él pues muy bien sabía cuán decepcionante resultó para el hombre original regresar a la vida y percatarse de que nadie quemó ni una mísera hoja de papel por él. Jiang Cheng y ella tenían que ser los pioneros de acto semejante al menos en Yunmeng, puesto que ella estaba casi segura de que los remanentes Wen tendrían su propia manera de rendirle tributo.

Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora