Capítulo 119:
Regresar al Embarcadero de Loto resultó, sin duda, un tanto incómodo.
Veamos: acababan de salvar sus pellejos de una muerte segura incluso teniendo a una mayoría de cultivadores incapacitados para utilizar sus poderes, siendo guiados cuesta abajo por Wei Wuxian y su sacrificio suicida, el ahora un tanto cuestionable Hanguang-jun, y un bastante severo Jiang Wanyin.
Nadie con dos dedos de frente hubiera imaginado ver en su vida un evento así de extraño, así de fuera de serie, porque siendo honestos... ¿Jiang Cheng? ¿Caminando hombro con hombro con el segundo jade de Gusu Lan? ¿Mientras vigilaban de cerca nada más ni nada menos que a Yiling Laozu? Las vueltas del destino sí que resultaban de lo más impredecibles, ¡y eso que los eventos extraños estaban lejos de terminar!
Pero, sin ánimos de adelantarse a los hechos, previo al desenvolvimiento de los siguientes puntos críticos de la trama, el grupo de cultivadores debía avanzar desde Yiling hacia Yunmeng. Gracias a los cielos el viaje no era en realidad demasiado extenso; es más, lo más probable sería que llegaran al Embarcadero de Loto antes de siquiera recuperar sus poderes espirituales.
Sin embargo, no importaba en realidad lo escueta que resultase la travesía, porque varios de sus protagonistas tuvieron que padecerla de principio a fin. ¡Es decir! Por un lado, Wei Wuxian tenía los pensamientos un tanto revueltos luego de la confesión de su hermano, tanto por el hecho de estar él involucrado en el asunto como también por la supervivencia de toda esa gente que creía muerta. Nunca, jamás de los jamases, podría haber imaginado que Jiang Cheng podría estar dispuesto a hacer algo semejante, sobre todo teniendo en cuenta que una de sus peleas más intensas giró en torno a ese mismo tópico.
Porque muchos años en el pasado Jiang Cheng comentó con bastante apatía el no importarle el paradero de los sobrevivientes del clan Wen, y ahora venía él a enterarse que su shidi había puesto en juego su reputación con tal de resguardar a esa misma gente. No sólo eso, ¿también los había mantenido escondidos en un lugar seguro? ¿Con qué finalidad? ¿Con cuál motivación? Lingjiao, ella... ¿estaba involucrada en la decisión? ¿Había ejercido alguna clase de presión? Después de todo, fue ella quien le avisó acerca de la problemática Wen en un principio.
Pero no, no podía reducir el conflicto a una simple y mundana influencia, porque Wei Ying sabía a la perfección que Jiang Cheng era un hombre terco, un tanto obtuso podría decirse, que no se dejaría llevar bajo ningún concepto por ninguna clase de sentimiento ajeno a su tan arraigado sentido de la responsabilidad. Aquella buena acción, entonces, debió haber nacido de su propio interior y bajo sus propias reglas.
Ahora bien, ¿dónde estarían? ¿En qué lugar se esconderían? Su She había comentado algo acerca de ir por ellos, de trasladar el asedio a esa locación y exterminar a esa gente... ¿entonces no estaban en realidad muy lejos de allí? Aunque sin duda debía tratarse de un lugar lo suficientemente alejado como para haber permanecido como un secreto hasta después de tanto tiempo, ¿no? ¿A quién podía preguntarle?
Lan Wangji estaba caminando a su lado con serenidad reflejada en su figura, totalmente consciente de la expresión tan conflictuada que adornaba el rostro de Wuxian.
—¿Están vivos? ¿De verdad están vivos?—Wei Wuxian todavía no lo creía, y lo más probable sería que no terminara de caer hasta que los tuviera enfrente para disfrutarlos con sus dos ojos.
—Mn.—Lan Zhan asintió con la cabeza, e incluso uno podría llegar a decir que sus labios se torcieron en los vestigios de una sonrisa—. Debes hablar con Jiang Wanyin.
Lan Wangji estaba al tanto de la situación de los remanentes Wen pues él mismo había ido varias veces a visitarlos junto a Lan Sizhui. En el transcurso de estos meses junto a Wei Wuxian, la oportunidad de sacar el tema a flote nunca se había realmente presentado, pues demasiado en peligro estuvieron como para detenerse a confesar esa clase de verdades. Además, antes de abandonar la posada cercana a Ciudad Yi, Ming Ziteng se había acercado a él pidiéndole por favor un poco de comprensión en lo que a Jiang Cheng respectaba, e incluso si Lan Wangji aún resentía las acciones del líder de Yunmeng Jiang..., él nunca haría nada que no beneficiara a Wei Ying y sus procesos internos de duelo. Si de verdad Jiang Wanyin había recapacitado, si de verdad Ming Ziteng estaba allí para ayudarlos —cosa innegable luego del episodio en la cima de los Tumultos Funerarios—, entonces él no era quién para entrometerse. Los asuntos de la familia tenían que ser reparados en familia.
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Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.
FanfictionA la hora de elegir un personaje en el cual transmigrar, los Sistemas suelen priorizar dos aspectos: irrelevancia y maldad. Para hallar una víctima de transmigración, en cambio, el requisito excluyente es padecer una muerte ridícula. Wang Lingjiao n...