¿De verdad estás utilizando este recurso narrativo?

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—¿Han oído eso?

—¿¿Qué cosa??

Y aquí íbamos otra vez, con la típica escena de chisme siendo desarrollada en alguna cantina aledaña al Embarcadero de Loto.

—¡Las nuevas noticias acerca de la mujer de Jiang Cheng!

Al pronunciar esas palabras, al menos cuatro personas asomaron las cabezas en dirección a su petulante anfitrión.

—Aiya, ¡pero qué dices! Jiang-zongzhu lleva año y medio de soltería, ¿cómo puedes seguir hablando sobre esa mujer?—el que hablaba ahora vestía el uniforme de Yunmeng Jiang. Era el único cultivador entre el tumulto de campesinos.

—Cállate tú, que ves al hombre en cuestión a diario y no eres capaz de percibir la obviedad frente a tus ojos. ¿O es que no lo acompañas a reuniones en otras sectas? Jiang Wanyin continúa mirando con desdén a cualquiera que ose acercarse a Ming Ziteng. ¡Es más que evidente que el hombre la sigue considerando suya!

Varias personas bufaron al unísono, inconformes ante tan obvia declaración.

—Ya cierra la boca de una maldita vez y cuenta lo que ibas a contar, todos sabemos que Jiang Cheng sigue arrastrándose detrás de esa mujer. ¿No que muy nuevas tus noticias?—escupió un hombre de túnicas amarillas.

—Ya va, ya va, ¡déjame llegar a ello!—gruñó el chismoso inicial en respuesta—. Pues dicen por ahí que Ming Ziteng... ¡Ming Ziteng se está dejando cortejar por otro líder de secta! ¡El líder de Moling Su, para ser exactos!

—¡¡¡Aiya!!! ¡¡¡Increíble!!!

—Tsk, mírala tú. Esa mujer sí que es una trepadora de primera, ¿yéndose detrás de otro líder? Si bien es cierto que Moling Su no es sino una secta muy pequeña y poco conocida, eso no le quita que Ziteng esté predando hombres con el más alto cargo de poder. Dime, ¿¿en serio ese hombre la está cortejando?? ¿Acaso no tiene clase?

—¿Qué hablas tú de clase? Ming Ziteng es sin duda una doncella muy hermosa—aquel que alabó los atributos físicos de Lingjiao le dio un gran sorbo a su vaso de vino—. Ojalá se fijara en un campesino como yo, pero si de verdad se dejará cortejar por Su Minshan..., tienes razón en eso de que no es más que una trepadora. Mira nada más, ¡dos líderes de secta seguidos!

—Cállate, qué sabes si esa mujer es trepadora o no. ¿Qué culpa tiene ella de que fuese Su Minshan el interesado en cortejarla?—siempre existía el alma piadosa que defendía a Lingjiao de los rumores infundamentados—. Si lo que dices es cierto, compadezco de todo corazón a Jiang Wanyin. No existe dolor más grande para un hombre que ver a tu mujer de la mano de otro...

—Bah, yo sigo sin entender por qué la defiendes así, ¿no quieres ir y cortejarla tú, mejor?—el hombre colocó su mejor mueca de asco y luego se empapó los labios con alcohol—. Ustedes son todos unos malditos idealistas, ¿de verdad creen que a alguien como Jiang Cheng le puede importar el amor? ¡Qué tontería! Si el hombre se ha deshecho de ella, es porque su presencia no representaba ninguna clase de utilidad, ¡y punto! Y es que, ¿quién querría conservar a una mujer que no te ha dado ni un sólo heredero en más de cinco años? ¡Yunmeng Jiang no sobrevivirá a base de amor! Jiang Wanyin está próximo a los treinta, ¡y no tiene hijos!

Un silencio bastante incómodo inundó la taberna.

—...Pero si Ming Ziteng siempre se presentó como otro hombre..., ¿acaso estás insinuando que Jiang Wanyin era...? Tú sabes...

—¿Un manga cortada?—susurraron.

—¡¡¡¡No lo digas en voz alta!!!! ¿Qué haremos si nuestro cultivador amigo va y le cuenta a Jiang Wanyin de lo que estamos hablando...?—no importaba cuánto le faltaran el respeto, Jiang Cheng siempre resultaba una amenaza por su severidad.

Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora