—¿Me buscaban?—la voz de Wei Wuxian resonó entre el barullo propio de la multitud. Al escucharlo, el resto guardó silencio.
Wang Lingjiao tenía el arco en sus manos y su carcaj colgado del hombro, con la mirada agudizada expectante de cada movimiento a su alrededor.
—Wei Wuxian.—la voz de Jin Zixuan salió ronca por su garganta. El dolor presionaba sus cuerdas vocales.
Nadie estaba peleando realmente, siendo que Wei Wuxian no estaba haciendo nada cuestionable todavía. Aún así Lingjiao se mantuvo alerta, mirando de un lado a otro las largas filas de cultivadores a su alrededor. La gente era tanta y la tensión tan marcada que el ambiente se tornaba sofocante, demasiado pesado como para permitirle relajarse por tan solo unos segundos.
Hasta el momento su Sistema no había aparecido para castigarla, por lo que Lingjiao presentía —o al menos quería presentir— que mientras no abriera la boca, su plan para amortiguar los daños de esta tan despiadada batalla podrían continuar en pie. Lo único que debía hacer era disparar a quien fuera que se dignara a provocar a Wei Wuxian, y a cualquier cadáver o cultivador que se acercara a Jiang Yanli cuando irremediablemente ésta se metiera al campo de batalla. Para hacer algo así no necesitaba la ayuda de nadie, o eso pretendía. Involucrar a Zixuan o Jiang Cheng estaba fuera de su alcance, de todas formas.
Cuando la primera persona alertó el divisar a Wei Wuxian, los ánimos de todos explotaron cual pólvora. Clamores y gritos de venganza eran expresados una y otra vez, invadiendo la capacidad auditiva de cualquiera que tuviera la mala suerte de hallarse inmerso en ese mar de gente. Al frente del grupo, Jin Zixuan observaba en dirección a la esbelta figura entre los tejados, con la intención de matar aflorando por cada uno de sus poros. Sentir semejante hostilidad no hizo más que aterrorizar a Lingjiao, quien se encontraba cada vez más insegura acerca de qué ocurriría esa noche. Según el Sistema los eventos deberían desarrollarse de igual forma que en el canon, ¿cierto? Pero entonces, ¿qué es lo que haría que Jin Zixuan desista en su intento por matar a Wei Wuxian allí mismo, ahora que lo tenía al alcance de la mano?
La respuesta no era demasiado difícil de deducir: Jiang Yanli. Si algo le pasaba a Yanli, esta vez no solo serían Jiang Cheng y Wei Ying quienes perdieran los estribos, sino también su flamante y todavía vivo esposo Jin Zixuan. Por eso mismo Lingjiao debía hacer todo lo posible para cambiar su destino.
Al llegar a la Ciudad Sin Noche, Jiang Cheng le hubo ordenado que no se alejara demasiado de él. Después de la manera tan desalmada con la cual se había dirigido a ella en el Embarcadero de Loto, le sorprendió el nerviosismo con el cual le exigió no irse por su cuenta. Todavía no podía llamarse segura de comprender los obviamente complejos sentimientos de Jiang Cheng, pero aún así..., no podía negar que le agradaba la idea de que deseara protegerla, fueran cuales fueran sus razones para hacerlo. El permanecer junto a él le convenía de todas formas, ¿o no? Así podría acercarse a Yanli antes que el resto.
Lo cierto era que Jiang Cheng sí estaba preocupado por lo que pudiese llegar a ocurrir, no solo respecto a la integridad física de su discípulo sino también acerca de la vida de Wei Wuxian. Si lo veía una vez más, no sabía cómo lograría amansar esa miseria, culpa y frustración que le generaba el simple hecho de seguir vivo. ¿Y qué había acerca de tener la posibilidad de ver a Wuxian morir? No iba a negar que Wei Ying merecía un final semejante, pero eso no quitaba que la culpa siguiera recayendo en él.
Por un momento, entonces, la mente de Jiang Cheng viró hacia una última luz al final del camino: ¿sería que quizá Ming Jia tenía razón y sí podría hacer algo para salvar a su hermano? ¿Sería que no era todavía tarde para intentar? No hay por qué hacerlo de forma oficial, le dijo Ming Jia. Hasta el momento, Jiang Cheng nunca masticó la posibilidad de actuar por su propia cuenta sin involucrar su buen nombre en el trayecto. Pero decidir hacer algo así mientras empuñaba a Sandu en su mano... Contradictorio sería quedarse corto.
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Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.
FanfictionA la hora de elegir un personaje en el cual transmigrar, los Sistemas suelen priorizar dos aspectos: irrelevancia y maldad. Para hallar una víctima de transmigración, en cambio, el requisito excluyente es padecer una muerte ridícula. Wang Lingjiao n...