La muerte de Wen Chao hubo calado hasta la fibra más profunda de su ser. Podría decirse que de alguna manera u otra, el haber atestiguado el desgarrador estado de su cadáver le había inspirado a cerrar un ciclo del cual hasta el momento no se había considerado captiva. Wen Chao había sido la primera persona con la cual interactuó al transmigrar, la primera piedra en el camino que tuvo que crear a su paso, el primer conflicto que tuvo que sobrellevar por el simple deseo de sobrevivir. Gracias a él había nacido Ming Jia, y gracias a él también había descubierto el lugar al que en algún punto se atrevió a llamar hogar. De cierta forma, Lingjiao sentía que debía agradecerle, no por haberla maltratado ni acosado durante tanto tiempo, sino por haberle servido de impulso para crear su propia historia. Después de todo, sus días en Qishan no eran sino un recuerdo distante, una historia que juraría nunca haber vivido.
Ahora Wen Chao no era más que una pila de huesos, sangre y carne, carente de faltas o aciertos, de mañas ni virtudes. Visualizar semejante idea le resultaba extraño, incómodo, pues no importaba cuánto se hubiese preparado para soportar la muerte de otros, lo cierto era que ese tipo de situaciones nunca se terminaban de asimilar en su totalidad. Si ella se sentía devastada ante la muerte de alguien a quien tanto odiaba, no quería imaginar el peso que debía caer sobre los hombros de Jiang Cheng, o de Wei Wuxian, o de Jiang Yanli. Ellos sí perdieron seres queridos.
Por mucho que le pesara admitirlo, el regreso de Wei Wuxian le supo de lo más agridulce. No es que no fuera consciente de las circunstancias en las que se hallaban, ni las dificultades por las que había pasado dentro de los tumultos funerarios. Sino que simplemente se sentía extraño, ajeno. Como si no fuera él, no importaba cuánto se esforzara por actuar tan insolente como de costumbre.
En cuanto a su participación en la muerte de Wen Chao, Lingjiao comprendía la ferocidad de Wei Ying. Después de haber sobrevivido a los tumultos funerarios cazando y comiendo vaya a saber solo dios qué cosas, cualquier clase de fatalidad propia de la guerra debía resultar para él nada más que un chiste. Muy a pesar de su arco de corrupción, Wei Wuxian tenía un corazón noble. Nada, ni nadie podía cambiarlo. Por esa razón Lingjiao nunca podría temerle.
Jiang Cheng, en cambio, se hallaba en una situación un poco más comprometedora ante los ojos de Lingjiao. No quería pensar demasiado en ello, pero desde aquella noche le costaba un poco sostenerle la mirada, como si tuviese miedo de ser el próximo objeto de su ira. Tal vez se trataba de su propia testarudez que durante tantos meses le impidió separarlo de la novela, pero a Lingjiao todavía le costaba concebir que Jiang Cheng no estuviese planeando cómo cortarla en pedacitos por ser una Wen. Es más, ni siquiera quería pensar en cómo reaccionaría si se enterara que su verdadera identidad correspondía a Wang Lingjiao y no al inexistente Ming Jia.
Todo esto se contradecía con el irremediable afecto que le tenía, lo que tornaba tedioso el tener que interactuar con él. Por un lado, temía que Jiang Cheng descubriera su secreto y la asesinara con el mismo sadismo con el que hubo matado a Wen Chao. Por otro, temía alejarse de él pues ya estaba demasiado acostumbrada a su sombra y la seguridad que ésta representaba.
Los primeros meses de la guerra fueron particularmente difíciles, costándole a Lingjiao incluso ayudar a Yanli en sus tareas de apoyo. Agradecía inmensamente la consideración de Jiang Cheng al no enviarla al campo de batalla, pero en ese momento tan desconcertante de su vida, incluso vendar cultivadores, pelar papas, hervir agua o frotar ungüentos le resultaba agobiante. Meses después, el desgaste que la muerte de Wen Chao generó en ella continuaba sin disiparse. Lingjiao sentía cómo hasta el momento había estado viviendo dentro de una película, alguna clase de drama slice of life comédico donde cada sucesión de eventos transcurría ajena a ella, como si estuviese viendo una telenovela y no viviendo su propia realidad.
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Los infortunios de transmigrar en una villana secundaria.
FanfictionA la hora de elegir un personaje en el cual transmigrar, los Sistemas suelen priorizar dos aspectos: irrelevancia y maldad. Para hallar una víctima de transmigración, en cambio, el requisito excluyente es padecer una muerte ridícula. Wang Lingjiao n...